Max Mosley parece seguir siendo una voz autorizada en la Fórmula 1 a pesar de dejar la presidencia de la FIA por la puerta de atrás y golpeado por los escándalos de su vida privada. El británico se muestra a favor de la vuelta de tuerca ‘verde’ que la Fórmula 1 ha recibido en los últimos meses. Mosley afirma que no debe importar que sea impopular y que los decibelios hayan bajado no debe ser un motivo para atacar la nueva normativa técnica.

En declaraciones al ‘Daily Mail’, el británico afirma que "Si alguien debería ser acusado, ese soy yo. Fuimos los únicos que intentamos introducir la nueva tecnología. Fueron diez años de proceso y realmente me gusta como suena. Lo llevo en mis dos orejas porque el sonido de los motores me ha llegado directamente durante más de 40 años. Es demasiado tarde para salvaguardar mis orejas pero no para la siguiente generación".

"Los motores menos sonoros son mejor para las familias. Puedes llevar a los niños a las carreras sin temer por que se puedan quedar sordos", declara el controvertido ex presidente de la FIA al respecto de las críticas que muchos aficionados han vertido sobre el ‘ruido’ del os V6 turboalimentados. "Es importante para la Fórmula 1 el evolucionar. La seguridad fue el gran reto en el siglo XX y el medioambiente es el reto a cumplir en este siglo XXI".

"Si este hecho no se entiende y se asume, el deporte corre el riesgo de transformarse en irrelevante", aventura Max Mosley. Lo cierto es que la Fórmula 1 parecía haber perdido terreno respecto a los prototipos del Mundial de Resistencia en los últimos años en cuanto a la gestión de la energía y la recuperación de la misma durante sus carreras y el movimiento de la FIA parece ir encaminado a recuperar ese trono de la máxima tecnología actual en el automovilismo.

Mosley defiende esta idea, asegurando que la Fórmula 1 no puede ir contracorriente de lo que la norma general está marcando en el mundo del automovilismo comercial: las energías renovables y la mayor preocupación por el medioambiente, con coches menos contaminantes y conceptos de motor que nada tenían que ver con los V8 de 2013 y anteriores.

"La responsabilidad corporativa social es importante para los fabricantes de automóviles, por lo que hay una necesidad de moverse en esa dirección para que el deporte no pierda patrocinadores y marcas. Ellos se fijan en cuán importante es esta tecnología en el desarrollo de los coches de calle", insiste en el concepto, Max Mosley. "Si hay alguna cosa que siento que podría haber hecho mejor es en cómo los Reglamentos, y las razones detrás de ellos, han sido explicados al público. Fue una oportunidad perdida".