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Desde la temporada 2021 la FIA no había acaparado tanto protagonismo. Lo cual, evidentemente, no resulta nada positivo especialmente en una temporada en la que realmente no está ocurriendo nada excepcional. Sin embargo, carrera tras carrera, la Federación Internacional del Automovilismo consigue centrar la atención. Y algo no está bien si después de un partido solo se habla del árbitro… en cada partido.
Comportamiento cuestionable de Kevin Magnussen
La FIA parece seguir el mantra de no mirar a los problemas de frente porque con suerte no vuelven a ocurrir. El mantra del vago, el de esperar que de alguna manera todos los contratiempos se solucionen por sí mismos. Y ocurre con demasiada frecuencia que alguien les saca los colores.
Por segunda vez en solo cinco carreras un mismo piloto volvió a usar una táctica cuestionable para que su equipo sacase beneficio. Kevin Magnussen hizo todo lo que estuvo en su mano, legal o no, para retener al grupo detrás de él y que su compañero de equipo mantuviera la posición de puntos.
Por alguna razón, en la FIA parecían sorprendidos de que un piloto al que le sancionas con tiempo añadido, arruinando todas sus posibilidades de puntuar en carrera, no le importe seguir incurriendo en prácticas sancionables. Por algún motivo que escapa al raciocinio de los comisarios, a un piloto que no va a puntuar le da igual acumular 10 segundos de tiempo añadido en sanciones que 100. Solo la FIA seguía metiendo sanciones de tiempo sorprendidos de que el piloto no cesase en su actitud cuando, teniendo las herramientas para evitarlo, le permitían seguir ahí, torpedeando la carrera de los que sí competían lícitamente.
Cuatro sanciones acumuló Kevin Magnussen en las 19 vueltas que duró la carrera sprint. Podrían haber sido cien, porque el efecto es el mismo. 35 segundos de tiempo añadido que a efectos prácticas es lo mismo que tres segundos o que dos minutos. Todo un colegio de comisarios que se vanaglorian de ser eminencias en su campo incapaces de advertir la situación y actuar en consonancia. Todos lo veían, menos ellos.
Cuatro sanciones idénticas en 19 vueltas
Una situación idéntica a la ocurrida en el Gran Premio de Arabia Saudí, en la que un sancionado Kevin Magnussen ralentizó al grupo con prácticas cuestionables hasta crear una ventaja suficiente para que su compañero de equipo realizara una parada sin perder posición, logrando los ansiados puntos a final de carrera.
La única diferencia entre lo ocurrido en Arabia Saudí y Miami, es que en una taponaba a Yuki Tsunoda, Alex Albon y Esteban Ocon, y en otra se lo hacía a Hamilton. Y por lo que sea, esta segunda ocasión ha generado más ruido.
Porque lo normal tras Arabia Saudí es que la FIA hubiera detectado el problema y hubiera diseñado una forma de actuar. Algo que no sería ni necesario si los comisarios no fueran tan cuadriculados cuando les interesa, pues aunque parezca mentira, en Fórmula 1 siguen existiendo las sanciones de paso por boxes e incluso el ‘stop&go’. Y no hay que ser un erudito en la materia para saber que si a un piloto no le importa que le pongas sanciones de tiempo porque su carrera es otra, lo mismo lo acertado es apartarlo de esa lucha. Pero no… es mejor imponer cuatro sanciones de tiempo añadido. A buen seguro Kevin Magnussen llegó muy dolido al hospitality del equipo al descubrir que esa última sanción de tiempo le costó bajar de la decimoséptima posición a la decimoctava.
En ocasiones, los comisarios parecen completamente sobrepasados por la situación, y preocupa cómo los nombres se van repitiendo en los Grandes Premios polémicos. Heridos en el orgullo, plenamente conscientes de que les han tomado el pelo y que todos los están mirando a ellos, comienzan a embestir como un toro acorralado, que se traduce en hacer cosas poco comprensibles.
Kevin Magnussen fue llamado a comisarios para declarar por comportamiento antideportivo. El danés debía preguntarse por qué en Arabia Saudí le aplaudieron y aquí tenía que ir a defenderse. Pero así funciona la F1 del ‘con suerte no vuelve a ocurrir’. Los comisarios usaron unas declaraciones del propio piloto a la prensa en las que aseguraba que con la carrera perdida, comenzó a usar “tácticas estúpidas”. Algo que, de nuevo, todo el mundo sabía pero los comisarios parecían necesitar las declaraciones a prensa.
El reglamento comodín
Todo para finalmente sentenciar que no hay pruebas suficientes para acusar al piloto de comportamiento antideportivo. Es la magia del reglamento deportivo y los comisarios. Un mismo hecho puede ser considerado probatorio o todo lo contrario. Con Fernando Alonso en Australia no necesitaron más pruebas que la creencia de que había realizado pilotaje errático. Con Magnussen, tienen la confesión, pero deciden que no es suficiente. ¿Podrían haber determinado todo lo contrario? Sí. Y sus normas dictan que ambas decisiones serían correctas y perfectamente motivadas. Por eso adoran los reglamentos ambiguos.
Eso sí, Magnussen no se fue de rositas. Al piloto se le aplicó una sanción de tres puntos en su licencia de piloto, y para ello se acudió a la sanción más cuestionable de todas las que le impusieron; la de saltarse la curva 11.
La historia de la Fórmula 1 está repleta de casos en los que el piloto que va delante se salta la curva y no se toma ningún tipo de acción. En esta ocasión, no dudaron en imponer una sanción de 10 segundos de tiempo añadido por ganar ventaja saltándose una curva, a pesar de que el piloto no adelantó a nadie.
La explicación que da la FIA para justificar la imposición de tres puntos en una acción que ellos mismos reconocen que no suele conllevar puntos es… que pueden hacerlo. Literalmente, que los comisarios tienen la autoridad para incrementar o disminuir los puntos de sanción en circunstancias excepcionales. Y como pueden, lo hacen.
Obviamente que no explican que tiene de excepcional una maniobra mil veces vista, que fue además la primera sanción del danés, limitándose a decir que lo hizo muchas veces. Quizás alguien les debería preguntar por qué si lo hizo tantas veces, no optaron por un tipo de sanción diferente, pero no hay que olvidar el segundo mantra favorito de la FIA desde los tiempos de Jean-Marie Balestre; La mejor decisión, es mi decisión.
Por cierto, séptima posición y puntos para Haas. Objetivo logrado.
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