Lewis Hamilton no pudo reprimir su emoción al recordar y hablar de su último fin de semana como piloto titular de McLaren. En una entrevista a la BBC tras los entrenamientos libres del viernes, el británico mostró un lado sensible que pocas veces expresan los pilotos delante de las cámaras, a no ser que se trate de un momento excepcional, cómo le ocurrió ayer al campeón de 2008.

Después de marcar el ritmo en los Libres 1 y 2 del viernes, a Hamilton le preguntaron cómo se sentirá cuando ondee la bandera a cuadros el domingo, momento que supondrá sus últimos minutos al volante del MP4-27. Con "los ojos llenos de lágrimas" tal y cómo informan desde la cadena británica, el vencedor del Gran Premio de Estados Unidos respondió: "Va a ser duro. Es mi familia y me iré a otro sitio. Es mejor que no hable de ello demasiado", afirmó reprimiendo las lágrimas.

Hamilton considera que su marcha de Mclaren y su llegada a Mercedes es como "dejar el hogar", cómo aquél que se va de casa de sus padres para cumplir sus expectativas o probar una vida nueva. "Realmente me siento como si estuviera dejando mi casa para irme a otro sitio. Me quedó claro que quería probar algo nuevo y que iba a ir a por ello. Y entonces llamé a Martin (Whitmarsh). Fue la llamada telefónica más dura que he tenido que hacer porque hemos crecido muy juntos y él me ha apoyado, y no quería defraudar a la gente. Pero a menudo tienes que hacerlo para tomar decisiones", señalaba.

El campeón de 2008 también afirmó que va a sacar el máximo provecho de cada minuto del fin de semana para disfrutar del MP4-27, del equipo y de los miembros que trabajan en él.