Los neumáticos Pirelli se han convertido, desde su llegada a la Fórmula 1, en uno de los protagonistas de la categoría reina. Determinantes e impredecibles en carrera, todos los equipos intentan descubrir su secreto a contrarreloj con tal de obtener una ventaja que les permita superar a sus rivales en la que es la temporada más disputada de la historia de la competición.

El vencedor del Gran Premio de España, Pastor Maldonado, dice haber dominado las características y el comportamiento de los P-Zero. "Creo que entiendo bien los neumáticos", afirma. "Mucho mejor que el año pasado. A pesar de que esta temporada son diferentes, tengo una sensación muy buena".

"Sé exactamente qué es lo que hay que hacer para cuidar los neumáticos, cómo controlar la carrera para que tengan una vida más larga. Siempre intento mejorar, pero pienso que la combinación entre mí, el coche y los neumáticos es buena por ahora", añade.

Mucho se ha especulado sobre cuáles son las mejores características ambientales para que los neumáticos de Milán ofrezcan su mejor versión. La temperatura es un factor determinante, pero también lo es la degradación. James Allen aseguró recientemente que cuando ésta supera el 70% el rendimiento del caucho se desploma.

"Esos neumáticos funcionan en unas ventanas de temperatura muy pequeñas", afirma Pastor. "Tan pronto te sales un poco de ese límite estás en tierra de nadie. Hemos trabajado muy duro para comprender los neumáticos y para conseguir que el coche funcione bien con condiciones y set-ups diferentes".

La rivalidad es máxima esta temporada. A diferencia de anteriores campañas, equipos que teóricamente forman parte de la media parrilla pueden luchar por podios y victorias de un modo regular. "Es muy difícil hacer una vuelta bien, las diferencias son muy pequeñas. Tan pronto pierdes dos décimas es difícil estar incluso entre los diez primeros".