Resulta bastante sencillo encontrar en Internet vídeos de superdeportivos ardiendo como una hoguera, hasta quedar totalmente calcinados. En ocasiones es el resultado de un propietario con ganas de llamar la atención a base de acelerones a poca velocidad (elevan la temperatura del motor muchísimo, en un momento en el que la refrigeración es mínima), otras es por algún problema intrínseco al propio coche o por diferentes motivos que no siempre salen a la luz.

Como en este caso aparecido en redes sociales, donde un superdeportivo italiano han terminado completamente calcinado después de un incendio. El fuego ha sido tan salvaje, que tienes que ser muy bueno para reconocer el coche, pero no hace falta que te devanes son sesos, ya te lo decimos nosotros: es un Lamborghini Aventador SVJ Roadster.

Nadie resultó herido

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La información del suceso es muy escasa. Ocurrió en México, entre Cuernavaca y Chilpancingo, al sur de la ciudad de México, el pasado día 24 de enero. Así lo afirmó el medio local 24 Morelos, que también informó que el coche fue abandonado en pleno incendio para que se quemara allí. Por tanto, no hay heridos o al menos, no se tiene constancia porque el propietario no estaba cuando se encontró el vehículo en llamas.

Al parecer, según algunos testigos del accidente, el conductor perdió el control del Aventador SVJ circulando a elevada velocidad y acabó golpeando la barrera e incendiado. No hay versión oficial sobre lo ocurrido y se está investigando qué ha pasado para proceder con las medidas oportunas y dar con el propietario del coche.

Solo se fabricaron 63 unidades del coche quemado

No obstante, encontrar al propietario no será una tarea muy complicado, pues el coche que acabó calcinado es una de las 63 unidades del Lamborghini Aventador SVJ 63, llegaron muy pocas unidades a México y solo habría que buscar a los propietarios de uno de estos coches. Además, las placas de matrícula, aunque deformadas, eran legibles y con eso es más que suficiente para encontrar al dueño.

Es cierto que hace unos años, en 2017, Lamborghini identificó una anomalía que provocó una llamada a revisión de 5.900 unidades del Aventador. El problema, un claro fallo de ingeniería, consistía en que se podía provocar un incendio cuando se circulaba con el depósito de combustible lleno, pues la gasolina podría entrar en contacto con componentes calientes del escape. La marca también afirmó que la tendencia de los propietarios a los aceleradores en vacío y a montar elementos de carrocería de la industria auxiliar podían empeorar la situación.