Toyota nos sorprendió el pasado año cuando en medio de una oleada de vehículos híbridos se atrevió a presentar algo totalmente diferente, es decir, un utilitario de 261 caballos de potencia con tracción integral y cambio de marchas manual al que conocemos por GR Yaris. Es digno de alabanza cuando un fabricante realiza un giro radical de este tipo y eso mismo es lo que hizo Lexus hace nada menos que 10 años con el espectacular LFA.
Soplido V10
La entidad japonesa decidió salir de su zona de confort hace una década y dio vida a uno de los automóviles de altas prestaciones más aclamados de la época, el mismo que hace unas semanas sopló las velas de su tarta de cumpleaños de la mejor forma que sabe hacer: dando rienda suelta a su brillante motor de diez cilindros en uve. El vídeo es de corta duración, pero eso no importa pues viene acompañado de una melodía que es difícil de olvidar, un canto épico producido por una mecánica supercuadrada (pistones con mayor diámetro que carrera) de aspiración natural y las tres salidas de escape tan características del LFA.
Limitado a solo 500 unidades, el Lexus LFA fue un producto de referencia para la marca con su motor V10 de 4.8 litros desarrollado junto con Yamaha. Generaba 560 caballos de potencia a unas increíbles 8.700 vueltas y un par máximo de 480 Nm, digeridos por una caja de cambios secuencial de seis velocidades que los enviaba directamente a las ruedas posteriores. El deportivo japonés era capaz de alcanzar los 100 km/h en apenas 3,7 segundos y su velocidad máxima era de 325 km/h. Parte de su magia fue su construcción ligera, dando especial protagonismo al polímero reforzado con fibra de carbono (CFRP).
Una producción muy limitada
Este material se utilizó en última instancia para la construcción de gran parte de la carrocería, el túnel de transmisión y el habitáculo. La historia de LFA se remonta al 2000 pues fue el año en el que se inició la investigación inicial. Al año siguiente, el proyecto cobró fuerza cuando Hiromi Naruse, piloto de pruebas para Toyota durante 47 años, se unió al equipo de desarrollo. El primer prototipo llegó en 2003 y en 2009, la producción del LFA se confirmó en el Salón del Automóvil de Tokio. Esta finalmente comenzó al año siguiente en la planta de Motomachi de la compañía a un ritmo meticuloso de solo un automóvil por día, una señal de la profundidad de la ingeniería que se llevó a cabo en el LFA.
Más tarde, se introdujo un paquete Nurburgring de producción limitada que incluía una suspensión más rígida, llantas más ligeras montadas sobre unos neumáticos de alto rendimiento, altura de la carrocería rebajada en 10 milímetros, un nuevo alerón trasero y una potencia aumentada hasta los 570 CV. Ahora que el deportivo ha cumplido una década son muchos los que se preguntan si la marca desarrollará un digno sucesor…
Especialista en temas de motor y tecnología. Apasionado de la mecánica y las cuatro ruedas desde niño, ahora trato de transmitir mis experiencias a todo aquel que disfrute con el olor a gasolina, la velocidad, el placer de conducir, el diseño y el sonido de esos motores que nos ponen los pelos de punta
