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Como en todo, cuando uno acumula una cierta experiencia probando automóviles se van creando esquemas que te ayudan a sintetizar y expresar con más precisión las sensaciones vividas durante la prueba, sobre todo en lo que respecta a la experiencia de la conducción, núcleo esencial de artículos como éste que estás leyendo. Pero cada año, no falla, surge siempre una prueba que hace trizas esos esquemas.
En este 2023, esa prueba es sin duda la del Lexus LM. Un monovolumen que, desde el momento en que lo conocimos por primera vez, soñábamos con analizar no tanto desde el punto de vista del conductor, sino más bien desde el de los privilegiados pasajeros que lo disfrutarán en sus plazas traseras. Para cumplir ese sueño Lexus nos ha citado en Polonia, donde su nuevo buque insignia nos ha llevado prácticamente en volandas por Cracovia y sus alrededores.
Sala para cinco... o mejor para dos
El Lexus LM es un transporte con clara vocación VIP, característica que la marca dejó bien claro desde el minuto uno organizándolo todo para que una unidad con conductor nos esperase nada más aterrizar en suelo polaco. Este traslado, junto a las pruebas dinámicas que tendrían lugar después, ya nos permitió tomar unas cuantas notas acerca de lo que supone ser pasajero en este vehículo.
En su configuración de siete plazas, distribuidas en dos asientos delante, dos en el centro y una banqueta con tres espacios detrás, el LM se acerca más a la idea de 'shuttle' ejecutivo que tenemos en Europa. No obstante, frente a sus rivales en este nicho (que suelen derivar de vehículos industriales) el modelo japonés se beneficia de su base derivada de berlina para apostarlo todo al confort.
Las protagonistas son las dos grandes butacas de la fila central, que Lexus denomina 'asientos de capitán'. Y, siguiendo ese apelativo al pie de la letra, posarse en ellos no sólo brinda una sensación de comodidad inenarrable de las que hay que experimentar, al menos, una vez en la vida, también nos proporciona un gran poder para regular a nuestro antojo tanto su posición como otros muchos ajustes relacionados que nos permiten trabajar, relajarnos o incluso dormir. Los controles físicos para ello están repartidos por el habitáculo, bien en el panel sobre nuestras cabezas o en la cara interior del asiento.
Pero si queremos centralizar o programar dichos ajustes, en uno de los brazos de la 'silla' tenemos un control táctil extraíble, fabricado por Sharp y muy similar a un smartphone, con el cual pasas de ser Davy Jones a convertirte en el Almirante Kirk. Estés donde estés e independientemente de tu postura, el mundo interior del LM puede cambiar en un instante reclinando el respaldo, subiendo el reposapiés, variando la temperatura o la intensidad del climatizador (que se divide en cuatro zonas) o abriendo y cerrando las cortinillas de celosía que oscurecen ventanillas y techos solares limitando la entrada de la luz al habitáculo.
Todos estos parámetros se recogen en varios perfiles del "asistente climático" que permiten, con un sólo toque, adoptar configuraciones prediseñadas al milímetro para favorecer la concentración o el relax, en función de nuestras necesidades. Por supuesto, si invertimos el tiempo adecuado también podemos crear nuestro perfil personalizado. Dicho esto, lo de 'climático' lo entrecomillamos porque es la denominación textual que Lexus le ha conferido a esta función en español dentro del menú. Una palabra algo confusa que, quizá, deje mirando cara al techo a algún usuario despistado mientras buscaba un ajuste más relacionado con la ventilación.
¡Ejem! Seguimos. Por su parte, la tercera fila de esta variante apunta a ser la más cómoda de su tipo, siendo perfectamente apta para adultos, lo que no es muy habitual. Incluso la plaza central parece suficientemente espaciosa. Eso sí, para poder disfrutar de los 1.190 litros de capacidad de carga que declara la marca, se vuelve imperativo plegar estos asientos. De lo contrario, el escueto resquicio entre sus respaldos y el portón apenas da para meter una maleta de cabina de avión.
Si bien a estas alturas ya estamos convencidos de que el Lexus LM de siete plazas puede tener futuro en las flotas de transporte premium de pasajeros, es la variante de cuatro la que representa la auténtica identidad de este modelo, forjada en esas sorprendentes furgonetas asiáticas de superlujo que abundan en los barrios más ricos de Japón, discretas por fuera y dentro de las cuales se trasladan personajes públicos de todo cuño. Como por ejemplo, los Toyota Alphard y Vellfire, muy estrechamente emparentados con el LM.
Esta segunda versión, por tanto, varía notablemente el planteamiento creando un espacio tremendamente exclusivo para dos privilegiados ocupantes. Los asientos centrales, idénticos a los del siete plazas, pueden llevar un poco más allá todavía su posición horizontal lo que, unido al exquisito mullido de base y respaldo y la suavidad del cuero, hacen que echarse a dormir con el vehículo en marcha sea una realidad.
Realidad de la que puede beneficiarse hasta el más insomne porque, gracias a las tecnologías de cancelación activa de ruido empleadas por Lexus, en esta parte del habitáculo del LM el silencio es absoluto, hasta la última letra de la palabra. La guinda la pone el panel que separa la zona del puesto de conducción, dotado con una ventanilla que, una vez subida y activada su opción translúcida, garantiza la máxima privacidad.
Bajo esta última lo que más llama la atención es la gigantesca pantalla multimedia, o mejor dicho, televisor multimedia de 48 pulgadas. Lo fabrica Panasonic, posee visualización en 16:9 con calidad de cine y posibilita desde mantener reuniones de trabajo a través de aplicaciones tipo Zoom hasta reproducir series y películas que hagan más ameno el viaje. El sistema de sonido que firma Mark Levinson, con 21 altavoces (23 en el siete plazas) y sonido envolvente en 3D puede separar las zonas de escucha y las fuentes de audio y vídeo, de modo que mientras los pasajeros se sumergen en una ópera, el conductor puede enterarse al mismo tiempo de las noticias en la radio.
Por supuesto, ambas variantes del LM están repletas de puertos USB de tipo C para todos los pasajeros, además de otras 'amenities' como la luz ambiental o las bandejas extraíbles, de doble tamaño en el cuatro plazas. Éste ofrece, asimismo, otros detalles tan 'a la Rolls-Royce' como la nevera bajo el televisor o los paraguas disponibles en el quicio de las puertas laterales.
En definitiva, entre las mil y una configuraciones y comodidades, viajando como pasajero en el Lexus LM es ridículamente fácil dejar la mente en blanco y aislarse del resto del mundo mientras nos llevan a donde queremos estar. ¡Ay, si tuviese funcionalidades de conducción autónoma!
Un LS con altura
Todo tiene un final, y ahora nos toca dejar el disfrute a otros y tomar el control de este paraíso con cuatro ruedas. Una misión de 'chófer' que, todo hay que decirlo, tampoco nos va a resultar engorrosa. Pensando en las largas horas de trabajo que pueden pasar sus conductores sentados al volante, Lexus ha cuidado la cabina frontal del LM aplicando las buenas virtudes de sus SUV como el NX, del cual toma su misma interpretación del 'Tazuna' en lo que respecta a la disposición de los mandos y su sistema multimedia, con la ya conocida pantalla de 14 pulgadas.
Construido sobre la misma plataforma GA-K de los LS y RX, lo único que se vuelve complicado en el LM es adaptarnos a su gargantuesco tamaño: nada menos que 5,13 metros de largo por 1,94 de alto y 1,89 de ancho, además de tres metros de distancia entre ejes. Dimensiones que, en ciertos puntos estrechos de las rutas fijadas por Lexus para el contacto, nos obligaron a poner mucho cuidado al pasar.
Las unidades que pudimos conducir pertenecían todas a la variante mecánica 350h, la única que se comercializará en España. Se trata del mismo motor 2.5 de cuatro cilindros que ya conocemos de los NX y RX, aparejado a una unidad eléctrica para crear una planta híbrida autorrecargable con 250 CV de potencia conjunta.
Potencia que está eminentemente orientada, y esto se percibe nada más iniciar la marcha, a facilitar la labor de una conducción suave que no sobresalte a los elitistas pasajeros de la parte posterior. Para lograr este fin la firma nipona ha implementado un modo especial que, asociado a la suspensión autoadaptable y el sistema de tracción integral E-Four con control electrónico, regula en tiempo real la distribución de la fuerza motriz en cada rueda y los movimientos de los amortiguadores, reduciendo los balanceos de la carrocería en los baches o al acelerar y frenar.
No obstante, si nos dejamos de finuras y pisamos el acelerador con fuerza, las reacciones del vehículo se salen pronto de los parámetros que pueden compensar estas tecnologías, dando paso a unos cambios de masas más bruscos que invitan a desistir de sacarle al menos un guiño de deportividad. No es vehículo para ello, a pesar de un 0 a 100 km/h muy respetable de 8,7 segundos y la existencia de un modo de conducción 'Sport'. Asimismo, sus formas casi cúbicas, si bien facilitan calcular las distancias, se convierten en una fuente de ligeros e inevitables ruidos aerodinámicos a gran velocidad y con el viento en contra.
El Lexus LM se fabricará en la planta japonesa de Tahara y llegará a los concesionarios en este mes de octubre con cuatro colores exteriores, dos interiores y unos precios (sin promociones) de 125.000 euros para el de siete plazas y 150.000 para el de cuatro. Y, a pesar de que este modelo no tiene la misión de convertirse en un superventas (como sí sería el caso del LBX), la marca sí alberga las esperanzas de conseguir motorizar con él a buena parte de la 'beautiful people' europea y nacional. Seguramente de aquí en un tiempo este exótico palacio rodante, fácil de llevar como una berlina pero mucho más cómodo que un SUV grande, se convertirá en fondo habitual de las fotos de muchos 'paparazzis'.
