Recientemente renovados, tanto el 370Z como el Cayman S son dos deportivos medios que permiten, por un precio relativamente ajustado –sobre todo el japonés–, disfrutar de todo un cúmulo de sensaciones. En el caso del Nissan, el pasado mes de noviembre sufrió cambios de diseño –tanto exterior como interior– y de equipamiento, ahora más completo ya que el motor permanece invariable.

Por su parte, Porsche presentó la pasada primavera la segunda generación de su deportivo biplaza, aunque en este caso sí podemos decir que se trata de un 'nuevo' Cayman porque incluye modificaciones estructurales de calado. Es un 40% más rígido y 30 kilos más ligero gracias a que un 44% de la carrocería está fabricada en aluminio. La batalla ha crecido –seís centímetros– al igual que las vías delantera y trasera.

En cuanto a los motores, aunque ambos modelos comparten número de cilindros y cifras de potencia muy similares, por configuración son muy diferentes. El propulsor del Nissan tiene 328 caballos, está colocado en posición delantera, mientras que en el Cayman el bloque de 325 caballos, se sitúa en posición central trasera, lo que permite un reparto de pesos casi ideal con el 46% del peso delante y el 54% detrás, mientas que el 370Z ofrece un reparto de 53/47. Esto, unido a una puesta a punto diferenciada en el resto de órganos mecánicos –suspensiones, dirección...– marca el comportamiento de uno y otro vehículo biplaza deportivo.

Carácter bravo

Al volante, el Nissan admite al conductor adoptar una posición muy deportiva, el asiento está situado bajo y recoge bien el cuerpo aunque es un poco pequeño, pero permite además estirar las piernas totalmente para integrarse en el cockpit. El único 'pero' en este sentido es que el volante carece de regulación en profundidad, aunque gracias a los amplios reglajes del asiento del conductor se logra encontrar una posición al volante 'cómoda' y acorde con el carácter del vehículo. Tiene la particularidad además de que el cuadro de instrumentos –muy completo y legible– está solidariamente unido con el volante.

El Cayman ofrece a su conductor una posición muy baja, y con los amplios reglajes de los asientos y volante, nos encontramos perfectamente adaptados. El asiento abraza muy bien el cuerpo y todo queda a mano con un puesto de conducción completo y ergonómico. Por habitabilidad, el Porsche tiene menos anchura que el Nissan, en el que los ocupantes pueden disfrutar de un mayor espacio y comodidad.

En un recorrido por autovía comprobamos que el aislamiento del asiático es inferior al de su rival pues escuchamos con toda claridad el ruido de rodadura de los neumáticos. El motor también se aprecia en el habitáculo, aunque es perfectamente asumible. El aplomo en este tipo de vías es sensacional, lo mismo que la entrega del potencia del bloque, que a un régimen medio se muestra muy lleno.

El Cayman resulta muy cómodo en conducción por autovía y en este contexto transmite una sensación aún superior de seguridad. El propulsor es más elástico que el de su rival, favorece las recuperaciones y por ello la cifra de consumo final, al poder acelerar desde un régimen de giro bajo sin necesidad de recurrir constantemente al excelente cambio.

Tanto el 370Z como el Cayman S son dos deportivos medios que permiten, por un precio relativamente ajustado –sobre todo el japonés–, disfrutar de todo un cúmulo de sensaciones.

En carretera, para conducir con precisión y aprovechar el potencial deportivo del 370Z es necesario contar con un nivel superior de pilotaje. Nuestra variante contaba con cambio manual con un accionamiento rápido y una función S que facilita las transiciones de marchas en conducción deportiva, al realizar automáticamente la maniobra punta-tacón. El buen escalonamiento permite disfrutar la potencia del motor, que se muestra muy lleno a medio y alto régimen. Asimismo, para aprovechar el par disponible contamos con un control de estabilidad bien tarado con diferencial de deslizamiento limitado que minimiza las bruscas reacciones generadas por el tren trasero, que se muestra 'nervioso' en los apoyos más radicales y fuertes.

Sin reproches

En este contexto el Cayman es más neutro y en giros enlazados es destacable la rigidez del chasis y la posibilidad de adaptar la amortiguación a una conducción 'normal' o Sport, al igual que el cambio automático PDK, todo un ejemplo de eficacia y rapidez. Con todo ello el conductor puede realizar una conducción intuitiva y equilibrada. Por último, una dirección precisa y directa completa su mecánica.

Por equipamiento el 370Z ofrece todo lo necesario a un precio bastante ajustado, tenemos faros de xenón, reposacabezas activos o un completo sistema de sonido Bose. El Cayman también puede ser muy completo en este apartado... pero a costa de pagar un sobre precio bastante elevado por las innumerables opciones que ofrece que abarcan desde discos de freno cerámicos hasta un equipo de audio Burmester.

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Rodrigo Pareja

Periodista especializado en movilidad en todas sus variantes: coche, moto, bicicleta, patinete eléctrico... y no siempre por este orden, dado que la forma en la que nos desplazamos está cambiando. Más de 20 años de experiencia en el mundo del automóvil y en constante adaptación en un sector que no deja de generar noticias.