Nada más ver las imágenes, en la redacción saltó un pequeño debate: los detractores y partidarios pusimos sobre la mesa argumentos para defender la causa de esta arriesgada apuesta de Citroën. El Tubik, que así es como se conoce este showcar, avanza las líneas del furgón de transporte del fabricante galo. Sus 4,80 metros, 2,08 de ancho y 2,05 de alto aseguran un interior apto hasta para nueve ocupantes (en función de la configuración de los asientos). Su carrocería está bañada en dos colores, gris metal y blanco nacarado, y el frontal presenta una gran calandra iluminada, acompañada de sendos pilotos de pequeño tamaño que recuerdan a los estrenados en el concept Survolt, del que se llegó a decir que era el sustituto deportivo del 2CV. En el interior, cada butaca es independiente (tapizada en cuero y fieltro) y el conductor se encuentra rodeado por un ambiente futurista con un volante ancho (similar al de una nave espacial) y una pequeña pantalla táctil ubicada a la derecha (que hace las veces de consola central).

Si el Tubik todavía no ha despertado tu interés y eres de los que utiliza a diario las furgonetas por trabajo, estate atento a lo que te contamos ahora: la banqueta central del Tubik puede, además de acoger a tres ocupantes, plegarse en una mesa baja, esconderse bajo el suelo para aumentar el espacio de carga o ¡transformarse en cama para echarse la siesta! Más de uno se estará preguntando si esta solución se llevará a producción; no lo sabemos, aunque apostamos que no por la seguridad. En el lado de las extravagancias, los ingenieros de Citroën han dotado al Tubik de una pantalla gigante semicircular y un sistema de sonorización de alta definición que lo convierten en una sala de cine rodante. Las llantas multirradio asociadas a neumáticos de baja resistencia a la rodadura son de 22 pulgadas.

La puerta del conductor se despliega en forma de élitro mientras que la lateral abre todo el lado derecho del vehículo

De la parte propulsora, decir que el Tubik acude al sistema Hybrid4 estrenado en su día en el Peugeot 3008 (llega de forma eminente al mercado español). El Hybrid4 consiste en aunar la fuerza de dos motores para que cada uno, independientemente, muevan los ejes del coche; así, un Diesel se encarga en exclusiva de las ruedas delanteras y otro eléctrico hace lo propio con las traseras. Esto, además, reporta un sistema de tracción integral alejado a todo lo conocido con anterioridad. La suspensión, como no podía ser de otra forma, es hidroactiva, marca de la casa (ya la incorpora el C5), que regula constantemente la altura del coche respecto al suelo en función de las trazadas (rectas o curvas) y la carga.