Es de las marcas que más actividad presenta de un tiempo a esta parte. Los laboratorios de Renault, en los que los ingenieros exprimen al máximo sus ideas, no cesan ante la máxima de presentar vehículos conceptuales cada tres-cuatro meses. En esta particular cadena de producción se encuentra el Renault Frendzy, un prototipo que conjuga las líneas de furgoneta con un interior pensado tanto para el trabajo como para la familia y el ocio. Su largo es compacto (4,091 metros, poco más que un Fiat Punto Evo), no así el ancho y el alto (2,17 metros y 1,74 respectivamente). En el desarrollo del coche han participado Protostyle (carrocería), Michelin (neumáticos), Gaggione (faros) y el Instituto de investigación y coordinación de música francés (sonido del motor eléctrico).

En la puerta trasera derecha se ha colocado una pantalla de 37 pulgadas en la que se emiten imágenes. Para los comerciales y transportistas es la clave para ser un anónimo: durante la jornada de trabajo, en ese cristal se refleja el nombre de la empresa y el contacto, mientras que cuando se está con la familia, desaparece la información. Esa puerta en la que está este innovador sistema es corredera mientras que la de la izquierda tiene una apertura inversa, como el Opel Meriva. Con esta configuración, el Frendzy carece de pilar central, por lo que se ha reforzado toda la zona con aceros de alta resistencia para dotar a este Renault de mayor rigidez y seguridad en caso de impacto lateral.

El Frendzy sigue los trazos estrenadas en su día por el DéZir y continuadas en los R-Space y Captur

Si pasamos al interior, el conductor adapta el vehículo a sus necesidades: en ‘modo trabajo’, los retrovisores son verticales y la iluminación interior verde; en ‘modo familia’, los retrovisores giran a posición horizontal y el ambiente luminoso interior se viste de naranja. Tanto en uno como en otro, se cuenta con una tableta BlackBerry conectada a la consola central que sirve para controlar parámetros del coche (como el cambio de modos o los mensajes de la pantalla exterior).

Su unidad propulsora es un motor eléctrico de 60 caballos, en el que se ha trabajado para dotarle de sonido a baja velocidad. La unidad es idéntica a la que equipa ya el Renault Kangoo Z.E. y la toma de carga se encuentra en el rombo de Renault de la parrilla. Las baterías de ión-litio se encuentran en el suelo del maletero. La velocidad máxima es de 130 kilómetros/hora, la caja de cambios automática de variador continuo y un peso en vacío de 1.420 kilogramos.

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