La Asociación de Aseguradoras Británicas ha hecho un llamamiento a las compañías de automóviles y legisladores para que clarifiquen la tecnología relacionada con la conducción autónoma. Este aviso se produce tras el incremento de accidentes en los que los conductores se confían en exceso en la tecnología, algo que puede resultar peligroso para la conducción.
Estos riesgos han sido analizados en el Reino Unido y recogidos en un informe ‘Assisted and Automated Driving Definition and Assessment’ (Definición y evaluación del manejo asistido y automatizado) elaborado por Thatcham Research.
En primer lugar desde este informe se alude los nombres ‘engañosos’ de estos sistemas tecnológicos, que con denominaciones como Autopilot o Propilot dan lugar a engaño, dado que en realidad sólo permiten su utilización en determinadas circunstancias de tráfico, como por ejemplo en autopistas.
Según señala Mathew Avery, Jefe de Investigación en Thatcham Research “Estamos empezando a ver ejemplos reales de las situaciones peligrosas que ocurren cuando los automovilistas esperan que el automóvil conduzca y funcione por sí mismo. Específicamente, donde la tecnología se apropia cada vez más de la tarea de manejo, pero el conductor puede no ser lo suficientemente consciente de que todavía se requiere que retomen el control en circunstancias problemáticas”.
Hay que acalarar que los vehículos completamente automatizados, que no requieren la intervención del conductor, no estarán disponibles en los próximos años. Por lo tanto, hasta que llegue este momento los conductores siguen siendo penalmente responsables por el uso de sus automóviles.
Ante esta situación, desde Thatcham Research se apuntan una serie de criterios que se deben tener en cuenta. En primer lugar destaca la denominación, que parece hacer referencia a una completa automatización cuando en realidad no es así. Las marcas deben ser más precisas en este aspecto y también deben aportar más claridad para ayudar a los conductores a comprender la tecnología y saber utilizarla.
James Dalton, Director de Política General de Seguros de la ABI, señala que "Las aseguradoras son los principales impulsores de los esfuerzos para conseguir vehículos autónomos y asistidos en las carreteras del Reino Unido. Dada la parte del error humano que se produce en la gran mayoría de los accidentes, estas tecnologías tienen el potencial de mejorar drásticamente la seguridad vial. Sin embargo, estamos muy lejos de vehículos completamente autónomos que podrán realizar todas las partes de un viaje y, mientras tanto, sigue siendo crucial que todos los conductores estén alertas y listos para recuperar el control total en cualquier momento. Los fabricantes deben ser responsables en la forma en que describen y nombran lo que pueden hacer sus vehículos, y la industria de seguros está lista para exigirles cuentas al respecto".
Thatcham Research también ha confirmado que tiene previsto hacer una serie de pruebas entre consumidores con seis coches equipados con dispositivos de conducción autonoma para comprobar el conocimiento que muestran los conductores sobre estos dispositivos.
En el siguiente vídeo se analiza el funcionamiento de estos sistemas y el resultado en algunas circunstancias es sorpendente y demuestra que estos dispositivos no pueden sustituir al conductor.
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