Seis de cada diez conductores sancionados con pérdida de puntos en Cataluña vuelven a cometer alguna infracción de tráfico durante los dos años posteriores al cursos de rehabilitación que reciben. Esta es la conclusión que se extrae de un estudio que propone nuevos programas de formación que se diseñen en función del perfil de cada automovilista y se complementen con terapia psicológica.

El informe, elaborado por el Centro de Estudios Jurídicos y Formación Especializada de la Generalitat (CEJFE), analiza la eficacia de los programas de formación y seguridad vial a partir de cuestionarios a 278 infractores que siguieron los cursos y fueron entrevistados en los dos años posteriores.

El 59,3 % confesaron haber cometido al menos una infracción después de la formación, la mayoría por velocidad excesiva (20,4 %) o alcohol (18,5 %).

No obstante, sólo un 8,2 % de los automovilistas fueron imputados por un nuevo delito relacionado con la seguridad vial en los dos años posteriores al curso impartido -en un 20,8 % de los casos por conducir bajo la influencia del alcohol- mientras que un 46,3 % recibieron multas por infracciones al volante o de estacionamiento.

La principal conclusión del estudio es que los cursos de formación no son lo suficientemente eficaces y se deberían diseñar a medida del perfil del infractor porque, tal y como están actualmente estructurados, "no hace posible que el cambio favorable en el estilo de conducción llegue a todos los participantes".Concretamente, el estudio propone que, para convertir los cursos en más rentables, "se haga especial énfasis en aquellos aspectos de la conducción en que los infractores muestran un mayor riesgo de reincidir". Según el informe, el diseño actual de los cursos "es positivo para los usuarios que no presentan problemas relacionados con su estado psicológico", pero los que sufren algún desequilibrio mental deberían combinar el programa de formación con otras intervenciones o tratamientos personalizados que mejoren su eficacia.

En el caso de los conductores con problemas con el alcohol, el estudio propone que se les someta a una "una intervención motivadora para facilitar su concienciación" y un tratamiento a su adicción, como se hace en otros países de Europa y América del Norte.

Para personas que económicamente dependan del automóvil, los autores recomiendan aplicarles en su vehículo un "alcohol lock", dispositivo de prueba de aliento que impide que el coche se ponga en marcha cuando la concentración de alcohol en la sangre del conductor es elevada.

En opinión de los investigadores, ese mecanismo resulta "especialmente útil en el caso de los conductores que trabajan como comerciales, pero se deben utilizar solamente en combinación con tratamientos dirigidos a resolver el problema del consumo de alcohol". Los autores del informe, Ed Hilterman y Roger Mancho, recuerdan también que investigaciones anteriores han demostrado que "la respuesta penal dirigida a la rehabilitación es más efectiva y económica en comparación con la respuesta punitiva al problema de conducir bajo el efecto del alcohol".

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Jose Carlos Luque

Experto y apasionado del motor y la comunicación en todas sus formas, recalé en Car and Driver a finales de 2007 y desde 2016 dirijo este site. Periodista de vocación y formación, conservo buenos contactos en el sector y trato de que la información que leas aquí sea la más inmediata, completa y veraz. Pero también realizo pruebas, comparativas, noticias, entrevistas... y en mis ratos 'libres' crío a tres niños pequeños que –con diferencia– es el trabajo más duro de todos los que he hecho jamás.