La noticia de que Fernando Alonso correría las 500 Millas de Indianápolis corrió como un reguero de pólvora. Pero para que todo esto fuera posible hay tres personajes claves en esta historia: Zak Brown (jefe de McLaren), Mark Miles (CEO de Hulman & Company) y Stefan Wilson (piloto participante en la carrera).

“Zak me llamó hace un para de semanas y me preguntó si podíamos llegar a un acuerdo con Honda para que Fernando pudiese competir en las 500 Millas. Le dije que haríamos todo lo posible para que sucediese. Contacté con los equipos motorizados por Honda, a la vez que él también lo hizo. No encontramos motor, pero después tuvimos suerte”, relata Mark Miles en el portal americano race.com.

Esa pizca de suerte fue gracias a Stefan Wilson. El piloto ingles preparaba su segundo asalto a la Indy500 y tras negociar con Miles, llegaron a un acuerdo para ceder el asiento a Fernando Alonso “por el bien de la categoría”, escribía Wilson en sus redes sociales. A cambio, tendrá un asiento fijo en 2018. “Por mucho que quisiese participar en Indianápolis, Stefan miró por el bien de la categoría. Es un gesto muy noble por su parte”, declara Miles.

“Es una historia increible. Fernando quiere la triple corona y McLaren vuelve a la IndyCar después de 38 años de ausencia. Alexander Rossi ya demostró en 2016 que un novato puede ganar”, concluyó.