Tras el anuncio de ayer sobre el fichaje de Daniel Ricciardo y Jean-Eric Verge por Toro Rosso para 2012, el australiano ha confirmado que estaba intranquilo hasta que supo la confirmación oficial por parte del equipo de que contaría con un asiento en la escudería para la próxima temporada.

"Estaba en casa, después de cenar y sonó el teléfono", dice el Ricciardo. "Fue corto y al grano, pero me dijeron todo lo que deseaba oir. Ha sido un buen regalo de Navidades, estaba con mis padres y cuando se lo dije fue bastante especial".

Ha sido una gran sorpresa que Toro Rosso decidiera desprenderse de los dos pilotos de 2011, ya que tanto Buemi como Alguersuari completaron una temporada notable al volante del Toro Rosso, consiguiendo puntuar de forma regular.

"Hasta que no se concreta siempre estás preocupado, pero sé que todos en Red Bull se preocuparon por mis intereses y siento que he hecho un buen trabajo este año para que me den la oportunidad. Tenía fe en que iba a ocurrir", sigue el australiano. "Estoy deseando trabajar con esas personas. Hay mucho por lo que estar expectante en 2012".

Ricciardo piensa también que estar junto a Vergne, que ya fue su compañero en las Renault 2.0 Series, será un bonito reto para ambos. "Teníamos una muy buena relación para ser compañeros, y mientras progresábamos la rivalidad iba creciendo, pero lo importante es que siempre nos hemos respetado. Ambos queremos ganar al otro más que nadie, pero siempre ha sido así desde que empezamos a correr juntos", dice Ricciardo en relación a Vergne, lo que parece indicar que la rivalidad en la escudería será por tanto más intensa que con Buemi y Alguersuari, que ya pelearon en más de una ocasión por puntuar.

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