Hablar del compacto deportivo más popular es sinónimo del Volkswagen Golf GTI, un producto que se ha repetido a lo largo de sus ocho generaciones con una fórmula que no parece tener fin y es que el modelo alemán siempre ha destacado por encima de todo por su gran equilibrio. A partir de la cuarta entrega, la marca quiso contentar a todos aquellos clientes que pedían algo más y fruto de ello nació la versión R32, pero con el paso del tiempo esta no solo ha perdido dos cilindros por el camino, sino que también ha pasado a denominarse ‘R’ a secas y ahora, en su nueva generación, presume de ser tanto la más potente como la más divertida de su historia. Veamos que nos ofrece el Volkswagen Golf R.

Importantes novedades

La octava generación del Volkswagen Golf ha llegado cargada de novedades y esos cambios también afectan a las versiones deportivas del compacto alemán, siendo la denominada R que hoy nos acompaña la más capaz de todas. Si bien todos esperábamos un aumento de potencia en el archiconocido motor 2.0 TSI que da vida a esta máquina, pocos atisbaban un cambio tan importante como la inclusión de un diferencial trasero autoblocante que permite repartir la fuerza del propulsor entre las ruedas posteriores de forma independiente, siendo capaz de mandar toda la energía a una de ellas. Esto no solo permite mejorar su agilidad, sino también realizar derrapadas como si de un vehículo de propulsión se tratase, pero antes de entrar más en detalle es hora de descubrir sus claves estéticas.

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Diego Rueda//Car and Driver

Visualmente es un coche que llama la atención y no solo por el color azul Lapiz Blue metalizado, sino por una serie de detalles que permiten diferenciar a esta versión R de un Golf estándar. Si empezamos por el frontal, descubriremos una parrilla con una fina tira de luz led que la atraviesa, una moldura en color azul haciendo compañía y un paragolpes específico con unas entradas de aire mucho más generosas, todas ellas funcionales, por cierto, así como un labio inferior. En el lateral aparece el distintivo R y unas fabulosas llantas de 19 pulgadas –montadas en unos neumáticos Bridgestone Potenza S005 en medidas 235/35 R19– acompañadas por unos discos de freno perforados de 357 mm de diámetro (en el eje delantero), así como unas pinzas con el logotipo R pintadas en azul. Las ventanas están tintadas, las carcasas de los retrovisores van en gris mate y los faldones son más agresivos. La parte trasera es quizás la más espectacular y eso se debe al generoso alerón que forma parte del paquete opcional R Dynamic (también añade el modo drift y aumenta la velocidad máxima hasta los 270 km/h), al igual que las citadas llantas, pero especialmente a sus cuatro salidas de escape y a este difusor que las acompaña. Por cierto, el escape es opcional y está firmado por Akrapovic.

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Diego Rueda//Car and Driver

Por dentro no hay grandes diferencias con respecto a un Golf estándar ya que la mayoría de los elementos se mantienen. Lo más destacado son unos asientos deportivos con los reposacabezas integrados, que recogen bien el cuerpo, pero quizás se eche en falta unos soportes laterales más pronunciados, el volante multifunción con sus mandos táctiles, el embellecedor azul, las costuras decorativas en este mismo color y un botón R para los modos de conducción. Los embellecedores de los pedales son de acero inoxidable, el techo está tapizado de negro, la iluminación ambiental cuenta con una gama de colores más amplia y una instrumentación específica que muestra información relevante en conducción deportiva, como la distribución del par en las ruedas, las fuerzas G o la presión del turbocompresor, forma parte del equipamiento de serie del compacto deportivo.

Detalles diferenciales

El sistema de infoentretenimiento se denomina Discover Media y se apoya en una pantalla táctil de 10 pulgadas, con una animación que nos da la bienvenida mostrando la ‘R’ en el display. Es el mismo que el del Volkswagen Golf convencional y eso significa que la resolución es sobresaliente y el manejo intuitivo, aunque en más de una ocasión hemos notado cierto retardo a la hora de ponerse en marcha y su funcionamiento no eran tan rápido como a nosotros nos gustaría. Por ello, no sabemos si es un problema generalizado o simplemente un fallo en nuestra unidad de pruebas. También ocurría lo mismo con el navegador pues en ocasiones tardaba demasiado en encontrar la posición del vehículo. Por cierto, cabe señalar que el cuadro de instrumentos cuenta con dos modos de visualización específicos, uno en el que el cuentarrevoluciones aparece en el centro de la pantalla en forma circular, y otro en el que se muestra en horizontal, con una barra graduada.

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Diego Rueda//Car and Driver

Antes de ponerse en marcha es hora de descubrir sus plazas traseras. Aquí el espacio no es demasiado generoso en lo que a distancia para las piernas se refiere y en esto tiene que ver los asientos deportivos mencionados con anterioridad, pues su cuerpo es más voluminoso que en un Golf convencional. A nivel de anchura se viaja con cierta comodidad y la presencia del techo solar corredizo no nos impide gozar de un buen espacio para la cabeza, mientras que en la plaza central se pueden afrontar trayectos con un grado de confort suficiente como para recorrer viajes cortos, pero no la más indicada para largas travesías. Cabe destacar que también gozamos de climatización en estos asientos posteriores y de dos tomas USB tipo C.

Este Golf es fácil de conducir y te permite afrontar los giros con mucha determinación y a un ritmo elevado.

Con respecto al maletero, el Golf R ofrece 374 litros de capacidad, que es una cifra similar a las de otros compactos deportivos como, por ejemplo, el Mercedes-AMG A 35 (370 litros) o el BMW M135i (380 litros), entre otros. Ese espacio de carga puede aumentar hasta los 1.230 l si se abaten los asientos posteriores, de forma que el usuario se puede beneficiar de una superficie bastante plana en la que almacenar todo tipo de objetos. En el caso de nuestra unidad de pruebas gozábamos de un subwoofer correspondiente al excelente equipo de sonido firmado por Harman Kardon, de manera que no se dispone de espacio para una rueda de repuesto. No obstante, Volkswagen tampoco la ofrece como opción.

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Diego Rueda//Car and Driver

Hora de ponerse en marcha

Ahora sí, toca ponerse en marcha. Cada vez que uno conduce compactos deportivos de este tipo es emocionante descubrir el sonido al arrancar el frio, y en eso, este coche muestra su personalidad pues un solo toque al botón de encendido despierta al propulsor EA888 con un golpe sonoro enérgico, aunque claro, todo el protagonismo recae sobre su sistema de escape firmado por Akrapovic. A través de los diferentes modos de conducción –Comfort, Sport, Race e Individual– se puede regular la melodía de sus llamativas cuatro salidas de escape (el silenciador secundario es de titanio), ofreciendo un nivel sonoro bastante discreto en el modo más civilizado y unos espectaculares petardazos en los más agresivos. Los vecinos del garaje ya se han dado cuenta de esto último.

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Diego Rueda//Car and Driver

Pese al estruendo, los primeros metros con el Volkswagen Golf R sirven para darnos cuenta de una cosa y es que este no es uno de esos automóviles radicales que tanto sus elementos estéticos tan llamativos y su denominación quieren pretender. Es un Golf, y eso significa que siempre destacará por ser un producto muy bien equilibrado, capaz de realizar largos trayectos con comodidad y de afrontar carreteras de montaña con mucha solvencia. Con respecto a lo primero, uno se da cuenta rápidamente que la suspensión, además de rebajar la carrocería (va 20 milímetros más pegado al asfalto que el modelo estándar) presenta un tarado más duro que en el resto de versiones y eso se agradece en conducción deportiva, al mismo tiempo que no supone una molestia ni en la conducción diaria, ni en los viajes por autovías/autopistas.

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Diego Rueda//Car and Driver

En cuanto a lo segundo, el R disfruta mucho más de las curvas que sus antecesores y eso se debe, principalmente, al elemento que hacíamos referencia al principio: su diferencial trasero autoblocante con vectorización del par motor. Se trata de un componente que se apoya en un juego de embragues para enviar la energía del propulsor a las ruedas traseras, con un reparto independiente que varía en función de la situación. Por ejemplo, si tomamos una curva hacia la derecha, el sistema transmitirá más par a la rueda externa al giro, de forma que se introduce una guiñada que nos sirve para redondear la trayectoria y hacer de la toma de curvas un juego de niños. Y es que este Golf es fácil de conducir y te permite afrontar los giros con mucha determinación y a un ritmo elevado, sin que ello suponga un estrés para el conductor o un grado de exigencia alto.

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Diego Rueda//Car and Driver

Llegó la hora de derrapar

El comportamiento general del coche es neutro, pues si fuerzas demasiado el eje delantero entra en acción este artilugio y eso significa que el coche parece ir sobre raíles. No obstante, aquellos que quieran divertirse realizando derrapadas agradecerán que Volkswagen haya introducido un modo específico –denominado Drift– que convierte al Golf R en un coche de propulsión, siendo capaz de sobrevirar con cierta facilidad y con unas ayudas electrónicas que te ayudan a controlar la situación. Los neumáticos sufrirán más de la cuenta y tú, te sentirás algo mareado si lo utilizas demasiado, pero la experiencia merece la pena.

Claro está, siempre es más fácil jugar con el tren trasero cuando se tienen 420 Nm de par máximo bajo el pie derecho, cifra que está disponible desde las 2.100 rpm y hasta las 5.350 vueltas, de forma que nos encontramos ante una pegada que no destaca tanto por su brusquedad, sino más bien por ser lineal y progresiva, aunque contundente. Para encontrar los 320 caballos de potencia habrá que estirar al bloque de 2.0 litros, algo que siempre se agradece cuando uno goza de una línea firmada por Akrapovic, pues por debajo de las 2.000 revoluciones no ofrece gran cosa. Sin embargo, el trabajo sobresaliente de la caja de cambios automática DSG de siete velocidades camufla ese retardo en la repuesta a bajo régimen, especialmente si vamos en el programa Race.

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Diego Rueda//Car and Driver

El cambio es mucho más agradecido de utilizar que en generaciones anteriores y eso se debe a que el Golf R ahora cuenta con unas levas detrás del volante mucho más generosas, que se encuentra más fácilmente cuando las necesitamos. Las transiciones de una relación a otra se realizan con rapidez, tanto al subir como bajar, y no se aprecian brusquedades al iniciar la marcha. Eso contribuye a su conducción placentera a ritmos relajados.

En estas circunstancias será fácil bajar de los 7,8 litros a los 100 kilómetros que homologa el coche, pudiéndonos apoyar en una función de “conducción a vela” que puede resultar extraña en un automóvil con más de 300 caballos de potencia y tracción en las cuatro ruedas. Sin embargo, en cuanto se pisa el pedal derecho y se sacan a relucir sus brillantes cualidades dinámicas, la pantalla central marcará unos registros mucho más elevados de los homologados. En total, durante nuestra prueba con el Golf R hemos completado más de 600 kilómetros en todo tipo de vías y el consumo medio ha sido de 9,0 l/100 km.

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Diego Rueda//Car and Driver

¿La opción más interesante?

El Golf R sigue siendo fiel a la receta tradicional del GTI. No un es un automóvil radical ya que sigue destacando por su gran equilibrado, te permite realizar largos viajes con cierta comodidad y es perfectamente utilizable en el día a día. Pero claro, con esta generación Volkswagen ha querido ir un paso más allá y le ha dotado de un diferencial posterior que realiza un trabajo encomiable y que es el principal responsable de que esta sea el Golf R más divertido de todos. El único pero lo encontramos en su precio pues parte desde los 52.285 euros, cantidad que puede aumentar notablemente si le añadimos el escape, la suspensión adaptativa, el techo panorámico y el paquete R-Dynamic (el precio de nuestra unidad de pruebas con todos estos elementos es de 61.595 euros). No obstante, si miramos a sus rivales directos con tracción a las cuatro ruedas, es decir, los Audi S3, BMW M135i xDrive y Mercedes-AMG A 35, descubriremos que el Golf R es el más barato de todos ellos. Por tanto, si tienes el dinero, ¿a qué esperas para comprarlo?

A favor: Dinamismo, diferencial posterior, estética, motor 2.0 TSI, escape Akrapovic.
En contra: Precio, consumo, respuesta del sistema de infoentretenimiento.