Es la primera vez que nos ponemos al volante del Subaru Impreza ecoHybrid, pero, curiosamente, tenemos la sensación de estar ante un viejo conocido. En parte, porque vio la luz hace más de un año, si bien ha tenido que esperar hasta ahora para aterrizar en nuestras calles por culpa del coronavirus, pero también porque se trata de la misma generación de Impreza que se apareció en 2016 y, además, porque recurre a un sistema híbrido eBoxer idéntico al que emplean desde hace tiempo los XV y Forester híbridos.

Por otro lado, y, aunque se trata de una actualización, por fuera apenas se diferencia del modelo anterior y solo podemos hablar de ligeros retoques en el frontal, nuevos pilotos traseros de led, una gama de colores más amplia y llantas inéditas de hasta 17 pulgadas. Sus dimensiones también cambian un poco porque crece 2 centímetros a lo largo, llegando a los 4,47 metros de largo, 1,77 metros de ancho y 1,51 metros de alto. El maletero, eso sí, es más 40 litros más pequeño –ahora tiene un volumen de 340 litros– para dejar sitio a parte del sistema híbrido. En lo que respecta a la habitabilidad, cuenta con el mismo espacio para los pasajeros y es suficientemente amplio para cuatro adultos.

Un Impreza que sorprende

Estéticamente, el habitáculo es igual y la disposición de los mandos no varía, así que sigue aprobando con nota en el apartado de ergonomía, destacando la posición al volante, cómoda y con buena visibilidad en todas las direcciones, así como la distribución de los mandos, que quedan muy a mano y siguen siendo físicos para el climatizador y el sistema de infoentretenimiento, por lo que resultan más fáciles de utilizar que en otros compactos en los que han pasado a ser totalmente táctiles.

subaru impreza ecohybrid
Subaru//Car and Driver
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En términos de calidad, los ajustes son tan sólidos como en cualquier Subaru, es un coche preparado para aguantar bien el paso del tiempo, pero esta vez también hay que hablar de una percepción de calidad más elevada de lo habitual en un modelo de la marca, con multitud de plásticos blandos, incluso zonas recubiertas en símil de cuero con pespuntes, como la parte del salpicadero del lado del copiloto. También es buena la insonorización, en marcha es muy silencioso y, gracias a eso, el confort de marcha es uno de sus puntos fuertes.

Cambio de planteamiento

Hablar de esto último en un Impreza es, cuanto menos, raro. Desde su nacimiento en 1992, este apellido ha estado estrechamente ligado al mundo de los rallyes y ha sido una de las referencias en el segmento de los compactos deportivos, pero los tiempos han cambiado, al menos en Europa y el fabricante japonés ha decidido tomar el camino de la eficiencia con el Impreza. Eso no significa que haya perdido el ADN de la firma, de hecho, como buen Subaru, tiene cuatro ruedas motrices gracias a la tracción Symmetrical All Wheel Drive y un propulsor atmosférico con configuración bóxer.

Lo novedoso es que ese bloque de gasolina de cuatro cilindros y 2.0 litros se complementa con un motor eléctrico de 16 caballos que va integrado en la caja de cambios automática Lineartronic de tipo variador continuo. La adopción de este tren motriz permite al Impreza decir adiós al tranquilo bloque gasolina de 116 caballos que usaba hasta ahora para dar un paso adelante en todos los sentidos.

Subaru Impreza - fotos
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Mejor en todo

Para empezar, se mueve mejor, al fin y al cabo, es 34 caballos más capaz –ahora tiene 150 caballos–, sin embargo, lo más interesante es cómo lo hace. Pese a que el cambio no es un prodigio de la rapidez, ni siquiera al utilizar manualmente las siete marchas prefijadas, mantiene continuamente el régimen de giro óptimo del motor y contribuye a que la entrega de potencia sea muy lineal y agradable, en sintonía con la nueva faceta del Impreza. En momentos clave, como una incorporación a la autovía o un adelantamiento, en los que conviene activar el modo de conducción deportivo –Si Drive–, entra en juego la asistencia eléctrica para que la respuesta del acelerador sea más instantánea y completemos la maniobra con más agilidad.

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Evidentemente, no está a la altura del Impreza WRX que se vende en Estados Unidos, ni siquiera se acerca, pero se mueve mucho mejor que su predecesor de 116 caballos, no en vano, acelera de 0 a 100 kilómetros/hora en 10 segundos y alcanza los 197 kilómetros/hora.

La otra ventaja de la hibridación está clara: el consumo, una de las asignaturas pendientes de cualquier motor bóxer de Subaru. No es tan frugal como otros híbridos de tracción delantera, como el Toyota Corolla, pero es fácil bajar de los 7,5 litros/100 kilómetros, cifra razonable para un compacto 4x4 que roza los 4,5 metros de largo. En parte, este dato es posible gracias a la pequeña batería de iones de litio –de 0,57 kilowatios/hora de capacidad– que se esconde bajo el suelo del maletero y permite rodar de manera eléctrica puntualmente. En cualquier caso, hablamos de pocos metros, nada que ver con un híbrido enchufable, pero viene bien para contener el gasto de gasolina en situaciones en las que se circula a punta de gas, como puede ser una cuesta abajo en una carretera secundaria, circunvalaciones como la M-30 de Madrid y tramos urbanos.

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Sea cual sea el escenario, la electrificación incrementa un confort de marcha del que siempre ha hecho gala este quinto Impreza, por lo bien insonorizado que está, como decíamos antes, al nivel de cualquier compacto premium, y por una excelente puesta a punto en la que destaca el trabajo de la suspensión, independiente delante y detrás. Y es que el chasis sigue siendo tan bueno como el de los anteriores Impreza e invita a soñar con disfrutar, como antaño, de una versión europea con extra de picante que juegue en una liga superior. Mientras tanto, la electrificación ha hecho de nuestro Impreza una opción mucho más interesante, sin embargo, su precio sigue siendo un hándicap, ya que cuesta 33.250 euros, cantidad que se reduce hasta los 31.250 euros aplicando el descuento oficial de la marca.

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Subaru//Car and Driver
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Está claro que es una cifra elevada, pero hay que tener en cuenta que, a cambio, el nipón tiene el distintivo ECO, tracción total, transmisión automática con levas tras el volante y una dotación de serie completísima. Solo se ofrece con el acabado Urban, dotado, entre otras cosas, de faros de led, asientos delanteros calefactados, sistema de infoentretenimiento compatible con Apple CarPlay y Android Auto, climatizador y una batería de sistemas de asistencia a la conducción que forman parte del sistema EyeSight, como la frenada de emergencia o aviso de tráfico cruzado al salir marcha atrás de un aparcamiento.

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A favor: Buen comportamiento dinámico. Calidad interior. Equipamiento muy completo. Etiqueta ECO.
En contra: Cambio automático de variador continuo. Consumo elevado. Precio sin descuentos.