Han pasado casi cuatro años desde nuestra última prueba en vídeo con un Mercedes GLC Coupé un modelo que por entonces, se posicionaba como la gran alternativa al BMW X4 en un segmento nuevo para la marca pero solo a medias.

En Stuttgart saben bien lo que es ofrecer un SUV de tamaño compacto y plenas garantías desde los tiempos del GLK –2008 en adelante– y también tienen la particular experiencia de revolucionar una categoría con un potente diseño coupé. Lo lograron con el primer CLS en 2004 y desde entonces no han dejado de dar en la diana con vehículos de este tipo, tales como los CLA, GLE Coupé o como este mismo GLC Coupé que nos encontramos ahora ligeramente cambiado.

Un SUV con encanto

A primera vista, el frontal resulta algo más llamativo gracias a unos parachoques un poco más anchos, una parrilla más vistosa y sobre todo, unos los faros led High Performance, más compactos y cuadriculados. En la trasera sigue destacando su marcada y elevada cintura, ahora ensalzada por más elementos cromados y embellecedores como los más famosos, los que simulan ser dos salidas de escape.

mercedes glc coupé frontal visto en carreterapinterest
Diego Rueda//Car and Driver

Las llantas de nuevo diseño y 19 pulgadas –20'' en el caso de las opcionales que incluia nuestra unidad–, las estriberas metálicas y sobre todo los pilotos, con su nueva iluminación led, ponen una nota de mayor originalidad pero en definitiva, estamos ante el mismo coche que antes y así lo revelan sus dimensiones, invariables en los 4,73 metros de largo, 1,89 de ancho y solo 1,60 metros de alto, con una distancia entre ejes generosa, de 2,87 metros.

De puertas para dentro encontramos cambios sutiles pero importantes. La sensación de calidad que ofrece el GLC se ve reforzada gracias a algunos tapizados agradables a la vista y al tacto, así como las numerosas inserciones en madera que en nuestra unidad de pruebas, ocupaban superficies antes reservadas al denominado Piano Black, un plástico de alto brillo que ofrece un aspecto muy vistoso en condiciones de baja luz y sobre todo, en combinación con una luz ambiental cuidada, pero que presenta numerosos inconvenientes a la hora de reflejar huellas, arañazos u otras marcas durante el día.

mercedes glc coupé vista trasera en ciudadpinterest
Diego Rueda//Car and Driver

Más moderno y más Mercedes

En la misma línea, los acabados ofrecen también un buen nivel y no se aprecian grillos ni otro tipo de desajustes en marcha, ni siquiera rodando en firmes bacheados o caminos. El volante ofrece un diseño muy ergonómico y destaca por sus mandos táctiles que posibilitan un manejo muy preciso del equipo de info-entretenimiento del coche, el denominado MBUX que combina un cuadro de mandos de 12,3 pulgadas y pantalla central de 10,25 con un diseño que integra a ambos en una sola pieza.

mercedes glc coupé plazas delanteras
Diego Rueda//Car and Driver
mercedes glc coupé plazas traseras
Diego Rueda//Car and Driver

Como el resto de Mercedes que llegaron después que él, este GLC ofrece ahora un manejo triple del mismo merced a estos controles, al touchpad central, a la propia pantalla y al control por voz que mediante el comando 'Hey Mercedes', estará dispuesto a satisfacer todas tus peticiones. Sin duda, este supone uno de los argumentos principales para elegir un GLC con restyling frente a uno anterior al mismo.

El equipo multimedia es el mejor argumento para elegir este GLC con restyling frente al anterior

Donde no encontramos cambios significativos es en la zona posterior de este Mercedes GLC Coupé, que sigue compartiendo la mayoría de virtudes y defectos con los vehículos de su tipo. Por ejemplo, presenta algunas dificultades a la hora de acceder a las plazas traseras, sobre todo por el escaso hueco que deja la puerta y la elevada posición de los asientos. De hecho, una vez dentro, la altura sigue siendo la cota más justa de modo que para un adulto de 1,80 metros en adelante, la posición queda algo forzada.

preview for Mercedes GLC Coupé 2019: Todo el restyling en vídeo

¿Un coupé para toda la familia?

A nivel de anchura y espacio a las piernas, en cambio, el espacio es más que apropiado y además, nos encontramos con elementos de confort que hacen la vida más agradable en este espacio tales como los asideros, una generosa iluminación, un amplio reposabrazos con cajonera y porta-bebidas incluidos y unas tomas de ventilación que nos permiten dirigir el flujo de aire a nuestro antojo, que no regular su intensidad o temperatura, como sería deseable. Además, anotamos debajo de estos aireadores una toma de corriente de 12 voltios y dos entradas auxiliares de tipo USB C.

mercedes glc coupé maleteropinterest
Diego Rueda//Car and Driver

En la plaza central, el espacio es más justo tanto por la mayor altura y rigidez de la banqueta, como por la menor anchura del respaldo y la presencia de un túnel central en el suelo de los que se dejan notar. Además, un defecto más que conocido de esta parte trasera del GLC Coupé es la escasa visibilidad que concede su luneta posterior; algo que no obstante, solucionan bastante bien su red de cámaras de visión trasera.

Hay vehículos más prácticos pero la habitabilidad del GLC Coupé es suficiente para un uso familiar

En el maletero nos encontramos con los 500 litros de capacidad que esperábamos. Son 50 menos que los que ofrece el GLC normal, pero sigue siendo un volumen más que aprovechable, sobre todo porque sus formas son regulares y la longitud sobresaliente. Un plano de carga elevado y una altura escasa, son sus principales inconvenientes. Pero es cierto que bajo el piso se reserva un hueco bastante profundo así como la cesta plegable habitual de la marca, perfecta para llevar bultos pequeños sin que se muevan. Lo que sí podemos mover y con solo pulsar un botón, son los respaldos de los asientos, quedando así una capacidad total de 1.400 litros aunque la superficie no es del todo plana.

¡En marcha!

Llega la hora de ponerse en marcha y como tenemos la oportunidad de conducir exactamente la misma versión que hace cuatro años, esta 220d 4MATIC, elegimos una ruta muy similar, un recorrido que combina un buen puñado de kilómetros en autovía con otros de carretera convencional más rápida y una muy lenta con el asfalto roto. La primera conclusión no se hace esperar: el comportamiento dinámico de este GLC Coupé es, precisamente, un punto más dinámico –o dos– de lo que cabría esperarse en un coche de su tamaño y peso.

mercedes glc coupé apoyo en curvapinterest
Diego Rueda//Car and Driver

Hablamos de 1.845 kilos para un vehículo con motor diésel de cuatro cilindros y 2.0 litros de cilindrada, con cambio automático y tracción total, que sin embargo se camuflan mejor de lo esperado gracias a una suspensión que satisfará especialmente a quienes atraídos por su diseño coupé, busquen un extra de firmeza en su respuesta, respecto al GLC normal.

De hecho, Mercedes la denomina "suspensión deportiva" y aunque no estemos ante un vehículo con el agarre en curva de un AMG precisamente, sí que anotamos un ajuste bastante rígido por parte de la misma, algo que evita que la carrocería tienda a balancear en exceso en las curvas y a la vez que mitiga numerosas inercias en las frenadas o aceleraciones más intensas. Eso sí, a cambio tenemos el inconveniente de apreciar cómo llegan a nuestro asiento algunos baches e imperfecciones del terreno que con las opciones de chasis adaptativo que ofrece esta misma marca, desaparecen por completo.

mercedes clc coupé vista traserapinterest
Diego Rueda//Car and Driver

A mi juicio, tanto el GLC Coupé con amortiguadores activos controlados electrónicamente –Dynamic Body Control– como sobre todo el que incluye suspensión neumática como tal –Air Body Control–, son opciones preferibles a la de serie aunque es cierto que incrementan la factura en 1.314 y 2.628 euros, respectivamente.

Pisa fuerte

Con la suspensión de serie, el GLC Coupé conserva en cualquier caso, una gran calidad de rodadura, una estabilidad lineal que impresiona y un nivel de confort más que apropiado lo que unido a una insonorización del habitáculo sobresaliente y unos asientos ergonómicos y con buen mullido, da como resultado un coche perfecto para afrontar largos trayectos en autovía sin acusar el cansancio.

Mención aparte merece la tracción total 4MATIC que es de serie así como el cambio automático, un convertidor de par con nueve marchas llamado 9 G-Tronic que sorprende tanto por su suavidad como por su rapidez. Va francamente bien y además, lo puedes controlar desde las levas del volante y en el modo Eco es capaz de desacoplar la marcha para que el vehículo avance a vela cuando no requerimos el empuje del motor y ahorremos combustible casi sin darnos cuenta. Todo ello unido a una dirección precisa y suficientemente rápida, da como resultado un manejo muy agradable y también, efectivo.

El Coupé pisa con un punto más de firmeza que el GLC normal y sigue siendo muy cómodo

El 2.0 turbodiésel ofrece 194 CV e incluye AdBlue, un gran aliado para reducir sus emisiones que es precisamente, lo que ha hecho respecto a su predecesor. Ahora son de 154 gr/km en lo que a CO2 se refiere y el consumo medio también es contenido. El homologado refleja 5,9 litros en ciclo WLTP aunque nosotros en nuestro tamo de pruebas habitual obtuvimos un 6,3 l/100 km, cifra que nos pareció más que apropiada para un coche de su volumen y peso, pero sobre todo, de su rendimiento. Responde bien al acelerador desde medio y bajo régimen y sus prestaciones oficiales revelan una aceleración de 0 a 100 km/h en 7,9 segundos y 217 km/h de velocidad máxima.

Cuidado con el configurador

A nivel de equipamiento, además de la suspensiones adaptativas a las que me refería antes, nos encontramos con algunos asistentes a la conducción interesantes y que además han mejorado su funcionamiento. El programador de velocidad activo es un buen ejemplo: ahora es capaz de ajustar la velocidad de manera automática al llegar a una retención y puede combinarse con el asistente de dirección activo que es capaz esquivar un obstáculo o sortear a una persona para evitar un atropello. Pero claro, hablamos de un paquete que cuesta 2.905 euros.

mercedes glc coupé detalle del interior
Diego Rueda//Car and Driver
mercedes glc coupé estribera lateral
Diego Rueda//Car and Driver

También es novedoso el asistente de aparcamiento automático capaz de realizar la maniobra de forma autónoma y que funciona incluso con remolques, pero claro, de los 635 euros que cuesta el sistema básico, con sensores, cámara de 360º y ayuda activa al estacionamiento, pasamos a tener que elegir un paquete de 4.000 euros en adelante. Así que te advertimos: cuidado a la hora de configurar tu GLC Coupé porque si se te va un poco la mano, la factura puede ser mucho más elevada de lo que imaginas.

En definitiva...

Uno de cada tres coches que vende Mercedes hoy en día en mercados como el nuestro ya es un SUV. En este caso hablamos además de un tipo de carrocería especialmente elegante y exitosa y de un modelo muy versátil. Como no podía ser de otra forma, el Mercedes GLC Coupé presenta un precio considerable pero seguramente también sea lo que esperas cuando buscas un artículo de una determinada marca, con gran éxito comercial y probada eficacia.

Este Mercedes GLC Coupé 220d 4MATIC que hemos probado tiene tracción integral, cambio automático y un motor que roza los 200 caballos de potencia y que además, gasta poco. Es diésel, sí, pero incluye depósito de AdBlue de modo que no tendrás problema alguno con sus emisiones. Además, el interior es suficientemente amplio para un uso familiar, está bien acabado e incluye uno de los mejores equipos de info-entretenimiento del momento. Así, no es de extrañar que su precio base refleje 57.000 euros, un importe que se puede incrementar sensiblemente en función de los extras que decidas añadirle. Así que como suele decirse en estos casos, la decisión es tuya.

A favor: Estética atemporal. Extra de dinamismo frente al GLC normal. Motor diésel refinado y eficiente. Equipo multimedia. Tracción 4MATIC.
En contra: Equipamiento opcional amplio y costoso. Respuesta de la suspensión algo seca en firmes bacheados. Altura en las plazas traseras y visibilidad posterior.