El Serie 8 Gran Coupé no se ha realizado a partir de alguna de las berlinas de la marca y se le ha dado un aire de cupé de cuatro puertas. Es la misma plataforma del Coupé pero con 23 centímetros más de longitud que han ido a parar casi en su totalidad a la distancia entre ejes, 20 centímetros.

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También es tres centímetros más ancho y 6,1 más de alto, un incremento de altura que beneficia la habitabilidad interior y no perjudica su espectacular diseño, en el que destaca la corta tapa del maletero y sus puertas sin marco, con el cristal al aire, como los auténticos deportivos. A pesar del incremento de tamaño, el Gran Coupé es solo 70 kilogramos más pesado que el Coupé de dos puertas. Aunque no hay un portón trasero, los asientos posteriores se pueden abatir en proporciones 40/20/40 para ampliar los 440 litros de capacidad, más bien escasa para un coche que supera los de cinco metros de largo.

Tecnología punta

En su interior encontramos el mismo salpicadero del Serie 8 Coupé, con una nueva disposición que pone especial protagonismo en la consola central, que ahora integra el botón de arranque, en lugar de llevarlo en el salpicadero como hasta ahora en la mayoría de los BMW.

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La instrumentación es digital, con una pantalla configurable de 12,3 pulgadas, mientras que el sistema multimedia cuenta con otra pantalla de 10,25 pulgadas que integra el nuevo y excelente sistema operativo BMW 7.0 con un magnífico asistente vocal que hace casi innecesario utilizar cualquier interruptor, aunque afortunadamente siguen existiendo también en el salpicadero de este Serie 8 Gran Coupé.

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Aunque es un cinco plazas (BMW dice 4+1) la central trasera es realmente incómoda para algo más que una emergencia, pues el asiento es duro y el túnel de la transmisión y la consola central obligan al ocupante de este asiento a ir con las piernas abiertas. Los dos asientos laterales traseros llevan el resposacabezas integrado, como si fueran dos baquets. La presentación interior es espectacular y aunque la altura disponible es menor que en un Serie 7, los ocupantes de las plazas posteriores tienen un buen espacio para las piernas.

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La gama de motores, excluyendo los M8 y M8 Competition que no estaban presentes en esta presentación, está compuesta por bloques de seis cilindros en línea para el gasolina 840i de 340 caballos y el diésel 840d con 320 caballos, y un V8 gasolina para el 850i con nada menos que 530 caballos capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 3,9 segundos. El cambio es automático de ocho relaciones en todos los casos, con levas en el volante y un funcionamiento extraordinario por su rapidez de respuesta.

Ya está a la venta desde 101.900 para el 840i de tracción trasera.

La suspensión cuenta con amortiguadores adaptativo de serie en toda la gama, pero también puede llevar estabilizadoras activas como opción, con un precio de 3.385 euros. Todos llevan tracción integral, salvo el 840i que la puede equipar por 4.000 euros extra. La tracción total incluye de serie la dirección a las cuatro ruedas, un elemento muy de agradecer en un vehículo de estas dimensiones y con este carácter. En el 850i se montan de serie frenos deportivos “M” más potentes, aunque tanto en este caso como en los 840i y 830d, los frenos llevan pinzas delanteras de cuatro pistones y traseras de un solo pistón.

Supervisión electrónica

Hemos podido conducir el 840i xDrive y el 830d xDrive y nos sorprendió el sonido del diesel, casi imposible distinguir que se trataba de un motor de gasóleo ya que su sonoridad era la de un verdadero deportivo de gasolina. Confortable y extremadamente fácil de conducir en los modos de conducción “civilizados”, en el modo Sport se vuelve un poco más exigente con el conductor, pero siempre con la supervisión de la electrónica para que no haya nada que nos haga sobresaltarnos.

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Las diferencias entre uno y otro modo de conducción son realmente apreciables en la dureza de la suspensión y la rapidez de la dirección, además por supuesto, de la respuesta del acelerador. Incluso en las carreteras más reviradas se tiene la sensación de conducir un coche más pequeño, sin duda gracias a la ayuda de la dirección integral que permite reducir el radio de giro y mejora la agilidad.

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Está a la venta desde 101.900 para el 840i de tracción trasera, 109.300 para el 840d y llega a los 137.100 del 850i xDrive. Aunque el equipamiento de serie es realmente completo, la lista de opciones es larga, con elementos tan atractivos como el techo de fibra de carbono para el 850i, los faros láser, diferentes paquetes exteriores con acabados en aluminio o fibra de carbono para algunos detalles de la carrocería y las innumerables posibilidades de personalización del programa Individual.