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Cuando el último Maserati GranTurismo salió del mercado en 2019, estaba claro que ya había llegado su hora. A pesar de su gran apariencia y de un encantador motor V8 de origen Ferrari, el modelo italiano estaba anticuado. Maserati optó por tomarse unos años sabáticos para poner su casa en orden, en lugar de vender un producto no competitivo que se vería extraño en los concesionarios. El resultado es el Maserati GranTurismo de nueva generación. Supone una mejora enorme, pero puede que no sea suficiente.
El GT siempre ha sido un coche de nicho. Surgió de una empresa que aún no había alcanzado su punto máximo de crecimiento. No había ningún Ghibli, ningún SUV, ninguna conexión con una marca estadounidense para ayudar a la expansión. Un mes después de la presentación del GranTurismo en Ginebra, Maserati anunció su mejor mes de ventas en Estados Unidos: 242 unidades. En comparación con el récord anterior, 235. Ambas cifras equivalen a menos de tres horas de ventas de la Serie F de Ford. La empresa ha crecido desde entonces, pero mientras fabricaba el Levante y el Ghibli, el GranTurismo ya tenía fecha de caducidad. La compañía no publica las ventas de modelos individuales, pero sería impactante si el GT promediara más de 1.000 unidades al año en su ocaso. Mientras tanto, Porsche vende de media entre ocho y diez mil ejemplares del 911 al año.
Eso le da al nuevo GranTurismo mucho terreno que recuperar. Es poco probable que Maserati desafíe al 911 en ventas, pero una marca de lujo italiana necesita un GT casi asequible en su línea; un buque insignia que no sienta vergüenza al lado de ningún Porsche. Así que el GT se beneficia del V6 biturbo “Nettuno” con precámara de encendido del MC20, propulsor que ofrece 496 caballos en el acabado Modena (202.900 euros) o 557 CV en el Trofeo (253.000 euros), correspondiente a nuestra unidad de pruebas. ¿Quieres más? Puedes pasar al Folgore eléctrico, que tiene una batería de 92,5 kWh y una arquitectura de 800 voltios, con un total de 761 CV.
El Folgore sólo existe porque Maserati ha trasladado el GranTurismo a la plataforma Giorgio de Stellantis. Técnicamente, es la evolución “Giorgio Sport” de la arquitectura más conocida por sustentar a los Alfa Romeo Giulia y Stelvio. Pero eso lo convierte en un primo lejano del Jeep Grand Cherokee L. Así es la vida en una megacorporación de 2023.
La buena noticia es que el intercambio de piezas no es evidente desde la cabina. El nuevo interior luce fantástico y se siente, bueno, bastante bien. No te dejará boquiabierto ni será una mejora importante para el conductor promedio de BMW, Alfa o Audi, pero ya no es el peor de su clase. Además, detalles como las gigantes levas metálicas del cambio y los conmutadores de los modo de conducción en el volante le dan un toque especial.
Esos modos de conducción son importantes, ya que el GranTurismo debe ser cómodo y sereno para viajes largos por carretera, y emocionante cuando la carretera se vuelve sinuosa. Maserati logra esta flexibilidad utilizando muelles neumáticos, tracción total y modos de conducción que realmente transforman el carácter del coche. En el modo confort, el GranTurismo es un vehículo de carretera cómodo y fácil de llevar, con excelentes asientos y un gran aguante. Sin embargo, déjalo en Sport y comenzará la función de teatro.
El 'Nettuno' se siente feliz al acelerar y ansioso por emitir fuertes petardazos a través del escape. Llega a su línea roja con una ola de par turboalimentado (650 Nm en este caso) y es gratificante a la hora de exprimirlo al máximo. El espectacular V8 del último GT fue su principal baza; esto sigue siendo así con el V6 del GranTurismo hoy en día. A pesar de tener un par de cilindros menos, el motor es tan explosivo, encantador y con un sonido tan dulce como se esperaría de un Maserati de 200.000 euros. Es tan adorable aquí como lo es en el MC20 con motor central.
Pero si bien el GT tiene el motor de ese coche, no tiene su mismo propósito. El GranTurismo tiene que funcionar como un GT para largos viajes por carretera, y eso significa que es menos agresivo que su compañero superdeportivo. Los muelles neumáticos siguen siendo, bueno, cámaras de aire. Demasiado acolchado para ofrecer el virar plano que se podría esperar de un pura raza italiano de 557 caballos de potencia. Al menos la caja automática de ocho velocidades es rápida y está programada de manera inteligente, aunque querrás usar las levas de todos modos. Si haces los cambios correctamente, el MC20 llegará a los 100 km/h en 3,5 segundos, gracias en parte a su tracción total.
Es las dos cosas, rápido y no particularmente rápido, para los estándares actuales. La dirección es precisa, pero no muy comunicativa. Los movimientos de su carrocería están bien controlados, aunque el balanceo es inevitable y el GranTurismo no es "incisivo". No es un coche para encontrar el límite absoluto de las capacidades de cualquier conductor o el agarre de los neumáticos. Es un coche para un recorrido rápido pero sencillo por un cañón, en el que te centras en el sonido del motor en lugar de en las vibraciones del volante.
Es una solución de compromiso justa. El GranTurismo no es un coche pensado para los amantes de los trackdays o tramos revirados. La mayoría de ellos permanecerán en el tráfico durante la mayor parte de sus vidas, o caminarán pesadamente por Beverly Hills, y para eso, el GT es bastante bueno. Tiene un interior lujoso y luce genial, con una marcha suave y un sistema de sonido sólido.
Su sistema de infoentretenimiento y los controles son los únicos inconvenientes. Son desesperantes. La pantalla táctil de nuestra unidad de pruebas tenía un gran punto muerto donde fue necesario docenas de intentos o presiones prolongadas para lograr que reconociera mi dedo. Eso resultó en la experiencia poco agradable de tener un hermoso sistema de audio Sonos Faber configurado en modo MÁXIMO, GRAVES QUE SACUDEN EL PECHO, y aunque podía ver el botón para bajarlo, no podía presionarlo. Los botones para la transmisión también eran inconsistentes y a veces eran necesarios múltiples intentos para activarlos. Mantenerlos presionados ayudó.
Dejando a un lado los inconvenientes, me encantaba conducir el GranTurismo a diario. Era un vehículo sólido con suficiente sonido y potencia para emocionarme cuando el camino se despejó. No es el coche que usaría para buscar las mejores carreteras reviradas de Estados Unidos, pero es un automóvil que felizmente usaría en un viaje largo para visitar a mi tía, donde tengo que conducir dos horas por aburridas interestatales y una hora por un increíble paso de montaña de California.
Eso sería suficiente si este coche costara 130.000, o incluso 150.000 euros. Pero sus más de 200.000 € es una tarifa de entrada elevada, y eso sin incluir opciones. Si deseas mantenerte en el carril, monitorear los puntos ciegos, el control de crucero adaptativo con parada y arranque y todas las demás ayudas al conductor, cuesta otros 8.000 euros. Si bien es un coche muy mejorado, atractivo y encantador, no estoy seguro de que valga setenta mil euros más que un Porsche 911 GTS. O el mismo dinero que un 911 Turbo. Para aquellos que aman el diseño y están dispuestos a pagar más para ser diferentes, el GranTurismo será una gran opción. Sin embargo, para todos los demás, "más mejorado" no significa "mejor opción".
