Tras las victorias de Red Bull en Malasía y México amén del gran rendimiento mostrado en Singapur, Japón e incluso Austin, muchos se preguntaban a qué se debía el paso atrás que Red Bull evidenció en Brasil, donde si bien por momentos Max Verstappen parecía poder perseguir a Kimi Raikkonen en busca del podio, finalmente se evidenció que quizás lo hacía a costa de forzar los neumáticos, y que cuando el rendimiento de éstos descendió, el Red Bull se vino abajo.

Max Verstappen y Daniel Ricciardo finalizaron en quinta y sexta posición, en una posición conocida por ambos, no tanto por el resultado en sí sino por quedar en tierra de nadie, sin nadie cercano por delante, sin nadie cercano por detrás. Un panorama que recordó al de principio de temporada. La actuación del resto de vehículos equipados con la unidad de potencia Renault dejó entrever cuales podrían ser los motivos que había detrás de este retroceso, motivos que finalmente confirmó Christian Horner.

“Tuvimos que hacer la carrera con el motor en modo seguro, ya que había preocupación por la fiabilidad”, confirmaba el dirigente de Red Bull Racing en palabras a la televisión británica. Horner cifró en dos décimas por vuelta la pérdida, unos 15 segundos en una carrera completa, quizás suficiente para que Verstappen, ignorando pudiera haber luchado con Riakkonen en ciertos momentos de la carrera.

En cualquier caso, Horner no cree que la situación hubiera cambiado en exceso, pues reconoce que Verstappen destrozó su neumático al acercarse a Kimi en ciertos momentos de la carrera, ahondando en una de las principales críticas a los actuales neumáticos, que te imposibilitan estar cerca de otro piloto durante excesivo tiempo.