Con tan solo 19 años, Max Verstappen desprende confianza a raudales. El piloto de Red Bull se ha ganado el respeto de todos sus compañeros después de sus grandes actuaciones. Es su tercera temporada en la Fórmula 1 y después de bailar bajo la lluvia China, donde llegó en una vuelta a ser sexto desde la 16º posición, quiere seguir explotando su talento.

Un instituto que le lleva a estar entre los mejores. Aunque su Red Bull aún no está a la altura de Mercedes, ni Ferrari. Pero algo si tiene claro, es que no dudaría que ganaría a un campeón del mundo como Lewis Hamilton: “probablemente suene muy arrogante, ¡pero por supuesto!”, declara para la BBC.

“Ese es el objetivo, pero está relacionado con lo bueno que es el coche. Estoy 100% seguro de que si tengo el mismo coche que Lewis y Seb, seguro que sería un desafío realmente duro”, añade.

En el paddock se le empieza a relacionar con el nombre de Ayrton Senna, aunque él no cree en “esas cosas. También te conviertes rápidamente en alguien arrogante si dices cosas como esas y no quiero. Estoy haciendo un buen trabajo, pero siempre puedes mejorar y simplemente lo dejo a la gente de afuera, alrededor de mí o donde sea, para juzgarme”.

Pero todo esto tiene un principio y el joven Verstappen destaca la figura de su padre como vital para su desarrollo: “mi padre me dijo que tienes que ser más rápido desde el principio cuando sales de boxes. Algunas personas dicen: ‘siente como vas mejorando y evolucionas’. No, mi padre diría: ‘tienes que estar ahí desde el principio’. Y creo que eso ayuda a calentar los neumáticos y los frenos para que estén mejores ya en la primera vuelta”.