De los 20 pilotos que tomaron la salida en el Gran Premio de China, solo Carlos Sainz optó por una estrategia diferente. Mientras los 19 restantes eligieron neumático intermedio debido a las humedades de la pista, Sainz se decidió por un neumático liso, concretamente por el superblando.

Aunque el asfalto se encontraba empapado y desde el muro esperaban que Sainz cediese puestos, se estimó que el poder ahorrarse una parada podría arrojar un saldo positivo para el de Toro Rosso. Aunque con la aparición del coche de seguridad el efecto de la estrategia quedó minimizado, Sainz consiguió igualmente sumar un gran resultado.

Sin embargo, todo se pudo ir al traste al comienzo de la carrera, cuando Sainz sufrió un trompo. Tratando de recuperar la pista el madrileño pisó la hierba empapada que le hizo perder el control, golpeando el muro del circuito a baja velocidad y saliendo despedido. Afortunadamente para sus intereses pudo continuar la prueba sin un solo desperfecto, como así atesora el séptimo puesto logrado.Sin duda, Toro Rosso ha construdio un vehículo muy sólido.

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