En su camino a Austin, para el Gran Premio de los Estados Unidos de este fin de semana, el director de carrera de la FIA, Charlie Whiting, ha inspeccionado la pista de México, en la que se celebró el último GP en el año 1992.

"Estamos muy satisfechos con el trabajo que se ha hecho aquí", confiesa el británico a la revista alemana Auto Motor und Sport: "Espero una carrera espectacular", añade.

El informe decía que la colocación de la crucial capa final crucial de asfalto, se había retrasado debido a las condiciones meteorológicas, lo que significa que los toques finales del último minuto, incluyendo bordillos, marcadores de frenado y vallas publicitarias, se están haciendo ahora.

Sin duda, el mayor cambio en el diseño del circuito es la ausencia de la temible curva Peraltada de 180 grados, pero el promotor Federico González insiste en que esto ha dejado paso a algo también muy espectacular. "Éste es el nuevo punto de referencia de nuestro lugar", asegura refiriéndose al estadio de béisbol. "Los pilotos llegarán como estrellas de rock en un estadio que estará completamente lleno con 28.000 personas", explica González.

El ambiente también será eléctrico, con los 80.000 asientos originales vendidos en el breve plazo de dos semanas, lo que llevó a los promotores a construir gradas adicionales. "Después de un largo descanso, los aficionados tienen hambre de la Fórmula 1", recuerda González.

"Estoy seguro de que todo el paddock de la Fórmula 1 estará sorprendido con el apoyo cuando lleguemos allí",, apunta Sergio Pérez, piloto de Force India.