El dominio de Mercedes este año en la Fórmula 1 es, a efecto de puntos, aún más grande que en 2014 aunque parezca que la competencia está más cerca.

Es por eso que cada vez son más las voces que indican que los alemanes, con su superioridad aplastante con la normativa actual, dañan la Fórmula 1.

Sin embargo, Niki Lauda cree que eso no es así ya que en el equipo solo hacen su trabajo lo mejor que pueden y saben para triunfar en el Gran Circo.

"Mercedes no está dañando la Fórmula 1 con su actual dominio", ha dicho el austríaco, quien ha admitido que sufre en las carreras cuando ve a sus pilotos, Lewis Hamilton y Nico Rosberg, luchar de la forma tan cercana en la que lo hacen en cada prueba del calendario.

"Siempre estoy nervioso cuando luchan (Rosberg y Hamilton) porque nunca sabes que puede pasar. Gracias a dios nada ocurrió en la última carrera así que mi estado de tensión fue innecesario".

El director no ejecutivo de Mercedes cree que las críticas a su equipo son tonterías y ha reforzado su argumento al señalar que "no estoy a cargo de la política”, refiriéndose a que se desentiende de todo aquello que no tenga que ver con la competición.

"Junto con Toto Wolff únicamente nos dedicamos a hacer funcionar este equipo lo mejor que podemos y de la manera más profesional posible y tratamos de ganar cada carrera", ha explicado. "Es por eso por lo que estoy aquí y del resto no sé nada".

Actualmente los rivales de la escudería alemana empujan todos juntos para que el reglamento no les encierre en un callejón sin salida al congelarse el desarrollo de los motores durante la temporada.

Ante esto y el supuesto bajón de interés en el deporte, Lauda se ha referido al éxito del Gran Premio de Canadá para desarmar la teoría: "Mira a los canadienses, un 12% más de público asistió a lo que llaman ahora un deporte aburrido y sin sonido. Los canadienses están locos por este deporte", ha respondido.

Respecto a la carrera de Canadá, que supuso un doblete más sin oposición de ningún otro piloto, en el equipo germano están muy satisfechos con el trabajo realizado y la recompensa a su esfuerzo.

"Fue un resultado perfecto, ningún error, no pudimos haber hecho un trabajo mejor", ha dicho Lauda. "La única diferencia es que la estrategia fue una vez más, la habitual. Pilotos perfectos, ningún error", ha concluido.