El Grupo de Estrategia llegó a una serie de conclusiones sobre el futuro de la Fórmula 1 a principios del mes pasado. Una de las medidas de las que Mercedes, Ferrari, Red Bull y McLaren hablaron fue la de incluir equipos cliente, lo que no ha gustado a las escuderías independientes de mitad de parrilla.

"Los equipos constructores van a tener que ser muy persuasivos para que los equipos independientes creamos en su idea de coches clientes", ha señalado Bob Fernley, director adjunto de Force India. El plan consiste en que los fabricantes presenten su idea a los equipos independientes, estos lo aprueben y luego el mismo se presente al Consejo Mundial del Motor para ser incluida a partir de 2017.

Desde Force India ya han anunciado que están en total desacuerdo con esta cuestión. Su jefe, Vijay Mallya, asegura que están en la Fórmula 1 para competir y no para participar, aunque piensan que puede haber claras intenciones de convencerlos. Sin embargo, Fernley sí estaría abierto a que los constructores plantearan claramente cuáles son sus intenciones y objetivos.

"Es muy importante que cada uno exponga su caso. Es a los equipos constructores a los que les toca convencernos sobre una alternativa viable, qué trabajo quieren hacer, por qué nos necesitan, verlo y hacerlo. Todo lo que digo, quitándome el traje de Force India, es que objetivamente hay que mirar las consecuencias, porque mi preocupación es que muchas fábricas se destruyan para siempre un día. Pero la decisión de Mallya es totalmente contraria", ha señalado Fernely.

De igual modo, Sauber y Lotus también han mostrado su descontento con la idea. Es por eso que descartan la posibilidad de convertirse en coches clientes, aunque el director ejecutivo de Force India asegura no fiarse y teme que el futuro del deporte esté comprometido si no todos continúan por el mismo camino. "El ADN y la solidez de la Fórmula 1 lo dan los equipos independientes. Son la columna vertebral. Puedes mirar la última década y verás cómo cuatro constructores abandonaron la Fórmula 1", ha rematado.

La misma idea tenía Jenson Button en 2009, que en el Gran Premio de Mónaco se refería así a la posibilidad de incluir coches clientes en la Fórmula 1. "Cuando Honda se fue, se convirtió en Brawn, como equipo independiente, interviniendo, salvándolo y ganando el Campeonato. Cuando BMW se fue, Peter Sauber, con un coste grandísimo, intervino y lo salvó para llevarlo de nuevo a ser un equipo independiente. Cuando Renault se fue, Gerard López intervino y lo salvó para convertirlo en un equipo independiente. Cuando Toyota se fue, todo se perdió. Este es el riesgo de perder equipos independientes, que son puros equipos de carreras. Las consecuencias de ponerlo todo en manos de cuatro equipos constructores es muy perjudicial porque si uno de ellos falla o uno de ellos decide irse, no perderías dos coches, perderías cuatro o quizás más. Peor aún, no habría posibilidad de remplazarlos porque se habrían librado de la infraestructura que los equipos tenían previamente. También, para convertirte en un constructor, tienes que hacer todo lo que los grandes te digan. No olvidemos que los coches clientes podrían costar cientos y cientos de trabajos a la Fórmula 1", concluyó Button.