Antes de Melbourne, la máxima distancia que había recorrido el MP4-30 del equipo McLaren sin entrar al garaje había sido de 12 vueltas, en los últimos test de Barcelona. Sin embargo, en Australia, Jenson Button completó las 56 vueltas programadas para la carrera para acabar undécimo, eso sí, a dos vueltas del vencedor, su compatriota Lewis Hamilton.

El equipo McLaren llegó a Melbourne con el propósito de aprender e intentar completar las máximas vueltas posibles. En este sentido salieron muy reforzados, al menos por parte de Button, ya que Kevin Magnussen no pudo ni siquiera colocarse en la parrilla por un problema en su unidad de potencia Honda, la que está dando tantos quebraderos de cabeza a los ingenieros de Woking.

"Es una parte del proceso", ha dicho Eric Boullier a Motorsport.com. "Aún no sonrío porque aún no estamos al nivel que nos gustaría estar, pero es un gran paso. Gracias a haber acabado, podemos saber que hay muchos cambios que hicimos al coche para Melbourne que funcionaron, ya sea para mejorar la cohesión entre el coche y el motor o para mejorar el rendimiento, y podremos poner estos en práctica en próximos eventos".

A pesar de todos los problemas que sufe el equipo en su nueva asociación con Honda y sus unidades de potencia, tanto Magnussen como Button – como en pretemporada Fernando Alonso – coinciden en declarar que el MP4-30 es "un coche sin vicios, muy directo y fácil de manejar"

Boullier, además de coincidir en la buena labor de McLaren en el chasis, también cree que los pilotos deben motivar al equipo y dar motivos para trabajar.

"No queremos perder la motivación en ningún momento. Somos profesionales, somos competitivos, y queremos poder correr y competir al máximo nivel posible", ha señalado el galo. "En situaciones como estas tratas de buscar cosas positivas, en cualquier parte, y estoy feliz de que las encuentren en el coche y consideren este una gran base para todo el trabajo que vendrá y que nos llevará a estar donde nos merecemos", concluyó.