Maurizio Arrivabene, nuevo jefe de la Scuderia Ferrari, ha llegado a la sala de conferencias del Circuit de Barcelona-Catalunya con un pañuelo de seda alrededor de su cuello y su habitual elegancia desenfadada. Tenía ganas de hablar, algo que puede resultar obvio cuando se convoca una rueda de prensa, pero que en la Fórmula 1 no es tan común.

Según el nuevo capo del cavallino, ya ha cumplido el primer paso de su plan de choque: "La Scuderia está muy unida, con serenidad. Ya no hay corrientes, despachos, grupitos ni nada de lo que había habido antes", ha dicho con la contundencia que le pedía media Italia y que ha aplicado en forma de despidos y nuevos fichajes.

A sus casi 55 años, con más de 20 muy cerca de las carreras merced a su antiguo cargo de vicepresidente europeo de Philip Morris, no cree en los "campeonatos mundiales de invierno", y se mantiene firme en sus previsiones de inicios de año: "Dos victorias serían una gran noticia, más que correcto; tres serían una súper victoria, y si ganamos cuatro carreras andaremos 10 kilómetros con los pies descalzos por las colinas de Maranello", ha dicho en su concurrido encuentro con la prensa.

Arrivabene asegura que ha logrado maximizar el trabajo de la plantilla, pero que el coche no es ni suyo ni de Marco Mattiacci, como ciertos sectores de la prensa italiana han insinuado recientemente: "Hay quien dice que este coche es de Marco Mattiacci, pero no es ni suyo ni mío, es el coche de Ferrari", ha zanjado. "Hemos organizado mejor todo, con un trabajo genial de James Allison, Simone Resta, también desde el punto de vista del motor con Mattia Binotto. Los chicos estaban en la fábrica el 24 de diciembre. No escuchaban villancicos, sino el sonido del motor, y así llegamos también al 31 de enero", ha dicho sobre el personal que trabaja en Maranello.

MARCHIONNE 'CAZÓ' A VETTEL

Más interesantes todavía han sido las revelaciones de Arrivabene sobre Sebastian Vettel, un fichaje que tácitamente se había arrogado Mattiacci pero que se gestó de otra manera según el nuevo jefe de la Scuderia: "Marlboro no acostumbra a estar implicada en la elección de los pilotos. En el caso de Vettel, se nos informó de que Alonso dejaba el equipo, estoy hablando de después de Sochi (12 de octubre de 2014, n.d.r.), y entonces el nombre de Vettel ya sonaba. Pero la situación no estaba clara", ha dicho. Es curioso el testimonio de Arrivabene, ya que, por entonces, Christian Horner ya había dicho una semana antes, alto y claro, que Vettel se iba de Red Bull para recalar en Ferrari.

Pero el protagonista de hoy ha abundado en su versión de los hechos: "Yo conozco muy bien a Sabine Kehm, la manager de Michael Schumacher. Hablé con ella para que a su vez llamase a Vettel. Ella podría decirle todo sobre Ferrari, su filosofía, su ambiente. Sabine habló con Seb y le dijo que éste era un gran equipo, una familia, le contó la Ferrari que había conocido con Schumacher; Seb escuchó y dijo 'de acuerdo'. Pero, a partir de ahí, la llamada que marcó la diferencia fue después de esto, y fue de Sergio Marchionne. No lo digo porque sea mi jefe, cuidado, es que fue así", ha puntualizado.

La respuesta del equipo a su revulsivo ha sido óptima, a juzgar por el propio Arrivabene –"no me llaméis Arrivabene, soy Maurizio", nos aclaraba al inicio de la rueda de prensa–. Así lo ha descrito: "James Allison ha trabajado bien con el equipo, Simone Resta empezó a trabajar el día después de mi nombramiento, y a trabajar como un perro. Lo mismo se aplica a los chicos encargados del motor. Aprecio mucho todo eso", ha explicado. "No me suele gustar hablar de la gente que estaba en mi puesto antes, pero como alguien había hablado de esto… aquí está mi respuesta", ha espetado Maurizio que, arropado por su amplia experiencia, sabe castigar mucho más con su mano izquierda que con la arrogancia debutante de Mattiacci.

La melodía y simpatía del tono de Arrivabene camufla la firmeza con la naturalidad. Así lo hemos captado cuando le han preguntado por su fórmula mágica para el trabajo: "La forma de trabajar de Maurizio es trabajando. No me gusta la gente que se queda de brazos cruzados", ha dicho el jefe de Vettel y Räikkönen.

"Sí, hay ciertos progresos respecto al año pasado, eso está bastante claro, pero no te voy a decir que vamos a luchar por el Campeonato. Estaría fuera de mis cabales si te dijera 'vamos a batir a nuestros rivales, especialmente Mercedes".

"Tenemos los pies en el suelo y el equipo está trabajando muy duro. Tenemos dos pilotos fantásticos, Vettel y Räikkönen. Para ellos, el primer competidor es tu compañero de equipo si todo va bien, pero en la pista, no fuera de ella, ni en las salas de prensa. Los dos chicos comparten información, hablan juntos", ha asegurado Arrivabene, con esa convicción que muta una historia idealizada en óptimamente verídica.

Sin embargo, lo que podría parecer un dardo envenenado para Fernando Alonso, por la relación meramente profesional que tuvo con Räikkönen, a la postre convertida es desmoralización del finlandés, no pretende serlo, según Maurizio: "Fernando y yo nos conocemos muy bien, y no es justo señalar a Fernando. Fue la situación general. Cuando la gente está presionada, van a estar divididos y van a proteger su terreno. Esto crea un gran embrollo en un equipo. Acusar a Fernando no era mi intención, tengo mucho respeto por Fernando y tenemos una buena relación, así que no es eso, no estoy señalándolo".

EL RETORNO DE BYRNE, CONFIRMADO COMO EL OFRECIMIENTO A MARUSSIA

Rory Byrne ha trabajado últimamente como asesor y maestro de Simone Resta: "Es algo bastante divertido. Vi a Rory, es un tipo que hace mucho tiempo que conozco. Le dije si tenía ganas de trabajar con nosotros y estar un poco más involucrado, sin tomar trabajo de Simone Resta, nuestro jefe de diseño. Vi en sus ojos un brillo y me dije 'es increíble que alguien como él, de su edad, se entusiasme como un niño'. Me sorprendió mucho. Hubo una noche, cerca de Navidades, en la que fui a un restaurante y me lo encontré. Estaba comiendo muy, muy rápido. Le dije 'cálmate, no necesitas correr'. Pero me contestó: 'debo irme inmediatamente a la fábrica, porque tengo una reunión con Resta. Es increíble…", ha dicho el hábil dirigente italiano.

Byrne aceptó la propuesta, por supuesto, y ahora actúa como mentor y maestro del técnico italiano: "Rory trabaja con Simone, le da un poco de su experiencia, ha aportado en algunos detalles del coche. Rory es parte de la historia, dirán algunos, pero estamos hablando de un hombre que ha ganado mucho. Que sea una especie de mentor para Simone es bueno, especialmente cuando tiene tanto entusiasmo. Hemos hablado con James de eso y le ha parecido bien. Rory tiene todo mi respeto, especialmente por esa noche que le vi comer tan rápido para ir a la reunión y la la ilusión que vi en sus ojos". Sólo un italiano podría haber pronunciado esta frase tan melosa, que resume la confianza que sintió Maurizio en la vieja guardia para guiar a los nuevos talentos hacia una nueva era para la Scuderia.

Más directo, pero igual de suave, admite un trato con Manor, el equipo sucesor –o antecesor, en el fondo– de Marussia, para proveerles de motor Ferrari si logran fabricar un coche para participar en la nueva temporada: "Sobre Marussia, nos sentamos con ellos ayer y les dijimos que les daremos el motor de 2014. Ahora mismo nuestra respuesta es sí… para el motor de 2014", ha puntualizado.

KIMI, DESCONOCIDO

El plan de Arrivabene, que de momento sigue en una fase muy temprana, a pesar de la solvencia del directivo, se ha basado en un principio claro y que en los últimos años se había transgredido sistemáticamente en la Scuderia, aprovechar el talento de la gente: "Hay personas que se creían que yo venía con la katana, pero hay que ir paso a paso. Los cambios ayudan a que la gente pueda expresarse en sus habilidades profesionales, a expresarse con pasión por el equipo. Ése fue el gran cambio. Lo segundo no era un cambio del todo, era un objetivo: unir al equipo. Sin políticas ni nada, unir al equipo. Ahora todos vamos en la misma dirección y eso me enorgullece, resultado al margen. Si vas al box verás que el ambiente es distinto", ha asegurado.

El caso de Kimi Räikkönen le parece el paradigma de este cambio, y no hay para menos: "Ayer vi a Kimi sonreír. Eso es una gran exclusiva. 'Éste no es Kimi', me dije. Le pregunté si estaba bien, y me dijo 'sí, sí, ningún problema'", ha escenificado Arrivabene con la voz aflautada del finlandés, para añadir a continuación: "Un rato después me metí en el box y me encontré a Kimi tirado en el suelo intentando arreglar una pieza debajo del coche, y me dijo 'no te preocupes, que yo antes era mecánico'. Le tuve que decir que se quitara de ahí… Esto resume el cambio de ambiente que se ha vivido en el equipo", se ha recreado Arrivabene, quien asegura que por calidad no está a la zaga del propio Vettel.

"No se pueden tomar muchas direcciones distintas, sino sólo una. Hubo que comenzar a hablar, porque había situaciones que estaban en silos. Por ejemplo, yo tengo mi huertecito, soy bueno en lo mío, y por eso no necesariamente me conecto con quien está trabajando en el otro huertecito. Así que lo primero era esto, intentar hacer que las personas se hablasen, que no se sintiesen responsables en caso de que las cosas no fuesen bien, porque a veces pasa esto: 'es culpa de los motoristas', y los motoristas dicen 'es culpa de los del chasis'… Si lo hacemos mal es culpa nuestra, y punto. Era importante para el equipo, porque hay miedo de tomar la responsabilidad, pero la responsabilidad la tomo yo, así que no debería haber miedo".

"Le he pedido a James Allison que haga una aproximación a 360 grados. Que escuche, filtre y utilice. Y creo que lo está interpretando bien, ayudado por los motoristas, que he descubierto que son gente magnífica".

"Simone Resta es muy bueno, de la escuela de Aldo Costa, a quien respeto muchísimo. No hacen falta grandes nombres, ni hace falta descargar a estas personas de responsabilidad".

"Yo hago de entrenador de este equipo, aunque no me llaméis Míster porque lo odio, y por tanto tomo la responsabilidad. Yo tengo que hacer jugar a la gente".

"Hay quien dice que el tiempo de Ferrari ha pasado en la Fórmula 1. Yo le digo a esa persona que pruebe a no tener a Ferrari en la parrilla y a ver cuánta gente viene a los Grandes Premios".

"Sobre los medios de comunicación, yo no marco diferencias. Hoy nos hace mucha falta un acercamiento también a las redes sociales, a las webs y demás, pero antes que nada hace falta espectáculo, los demás no están parados. No es una cuestión de seleccionar ciertos medios. Lo primero es el espectáculo, y luego situarse en una solución que aproveche todos los canales, internet, televisión, papel impreso. Vosotros, los que escribís en los periódicos, también tenéis blogs, así que también adaptáis un nuevo modelo de comunicarse. La Fórmula 1 tiene que hacer lo mismo. Se está trabajando en esto, se está trabajando".

"Creo ahora como entonces, no es que hable de revoluciones y luego dé un paso atrás. La F1 tiene que acercarse más a la gente. Otros piensan que el paddock debe estar vacío, mantener el nivel alto, pero no es esa la dirección buena. Que crear un espectáculo es crear una seta. Pero fijaos en el golf, en los grandes torneos hay miles de personas en el campo, en Ginebra habrá miles de personas que verán el 488 GTB en el Salón, lo ven todos y siempre es un coche de gama alta. Eso marca la diferencia entre mantener alto el nivel del deporte, pero ser también accesibles. No he cambiado nada sobre esto. Sobre la Comisión de la F1, nos hemos comprometido a mantener el silencio, pero algo se está moviendo. Claro que hay problemas con los tiempos, pero también lo necesitan los técnicos; grandes cambios para el año próximo implica un cambio técnico que tendría que haber empezado hace mucho tiempo. Creo que hace falta paciencia, pero creedme si os digo que algo se está moviendo".

"La única cosa que me sabe mal es dejar la oficina que había sido de otra gente antes que mía y ha ganado. Yo no he ganado nada. Pero lo más grande es cuando Piero Ferrari me dijo que donde me sentaba yo habían reformado todo el pavimento, excepto la zona donde estoy yo, que nadie lo ha querido tocar porque aquí es donde se sentaba mi padre. Y eso es algo que habrá que conservar, sin duda. Cuando me lo dijo, ¡no me sentía listo para el cargo!".

"Se debe mirar al futuro en todas las empresas, no pensar en el pasado. Lo único que hay que reconocer aquí es un hombre, Enzo Ferrari, el fundador de la empresa. Hace un tiempo lo describí a mi manera con un ejemplo. Los chicos de hoy piensan todo en Steve Jobs, un personaje de locura. Los pequeños lo ven merecidamente como un gurú, pero si lo pensáis hay un paralelismo entre lo que ha hecho Enzo Ferrari y lo que luego hizo Steve Jobs. Jobs estuvo anticipado por Ferrari, que empezó por correr con Alfa Romeo, y por eso tenemos también el logo en el coche, y ha comenzado a construir sus coches en un garaje y luego ha creado Ferrari, que es la Fórmula 1. Hay ese paralelismo que me parece bastante interesante, y que habla de los grandes hombres".