Jarno Trulli ha declarado, según su punto de vista de buen conocedor del mundillo de la Fórmula 1, que el viaje desde Ferrari a McLaren, no es desde luego mucho avance, aunque sí inevitable, "visto que ambos querían ganar carreras y títulos". Pero claro está, estamos ante un deporte en el que la herramienta de trabajo, una con cuatro ruedas, un propulsor, alerones y muchas pegatinas, influye en más del 85% para la consecución de grandes logros. Por tanto y de no mostrarse rápido hasta el extremo, nada puede hacer él sentado tras un volante lleno de botones de vivos colores. Y aquí es donde emerge el nombre de Mercedes-Benz, pues sin duda dieron en la diana a la hora de diseñar un bólido ganador. Uno que marca distancias con el resto, uno que según Jarno "puede esconder todavía algún as", seguro bajo el capot. Así que como el vino que elabora en la región de Abruzzo, este ahora patrón y piloto de la Fórmula E, el factor tiempo es muy importante.

Otro que atando cabos, juntando las piezas de puzzle, o quizás mejor, enroscando las tuercas a su justo par, ha podido llegar a una conclusión parecida acerca del párrafo anterior es David Coulthard. Para el británico, hombre reflexivo y sesudo donde los haya, la fusión, el arrejuntamiento, entre Fernando Alonso y McLaren se trata más bien de una unión de intereses comunes, una boda blanca, una pareja de hecho, un dúo de conveniencia. Resulta obvio, que las novias disponibles eran las que eran, a saber, una y no más … Satanás. Y con esto último, no quiero referirme a nadie en concreto, aún rememorando algunos recuerdos desagradables de aquel infausto año 2007. Desde luego y seguramente por lo anterior, pasión, amor, lo que se dice amor, ni regalándose mutuamente grandes cajas de bombones. Por ello quizás equivocado estaba, en este caso, John Paul Young con aquello de "Love is in the air".

Como la FIA está que lo tira, y no, no asustaros ni alarmaros que pasta no es. Me refiero a emitir norma tras norma, y nada sabemos de "la Duval", pues ahora toca las referentes a cómo obtendrán los novatos la superlicencia a partir del 2016. Por lo pronto, deberán tener al menos 18 tacos y carnet de conducir ordinario; de tener la mili cumplida, nada se dice. Además deberán sumar al menos 40 puntos, en los campeonatos previos a la F1, ya sea la futura F2, las actuales F3, GP2 y 3, IndyCar, Fórmula Renault, etc. La estancia en alguna de éstas, será de dos temporadas como mínimo, más 300 kilómetros sobre un F1, rodando, que solo sentado, rien de rien. Para el final queda pasar la prueba del "Reglamento deportivo". Aquí no sé si tendrán que hacerlo tipo test o de manera oral. De ser esto último, no lo supera ni "El hombre que sabía demasiado", a saber, James Stewart en aquel film dirigido por Alfred Hitchcock.

El buen humor dicen, es muchas veces contigioso, como la risa, que una vez puestos, es difícil de parar. También sostengo que "quien bien te quiere … te hará reír", pues todos preferimos sin duda, a las personas optimistas frente a las pesimistas. Pero una cosa es la ilusión y el entusiasmo, en este caso de un padre, y otra muy distinta pasarse dieciséis municipios de una tacada. Así supimos en primera persona, que daddy Anthony, de apellido Hamilton, "ve a su hijo campeón a mediados de año". Eso sí, después de esta, llamémosla suavemente boutade, precisó algunas cosillas sin importancia. De entrada, un buen comienzo de temporada, imagino con victorias encadenadas una tras otra. Para ello Lewis Hamilton necesitaría lógicamente de un coche fiable, que corra y mucho, cosa confirmada por el Mercedes-Benz del 2014. Quizás mejor Tony, debería ensoñar con el "frontón de a uno", más que con las carreras de coches.

¿Cuánto tiempo necesita un equipo, para hacer un coche campeón? ¿Cuántos años se precisan para encontrar el equilibrio, entre chasis, aerodinámica y la unidad de potencia? ¿Y de ser esta de nuevo cuño? Pero sobre todo ¿cómo encontrar esto último, si las reglas teóricamente no deben cambiar, pero de repente se moldean, como el pelo de Tony Manero en "Fiebre del sábado noche"? El ex piloto de Fórmula 1, John Watson, cree que su ex equipo de principios de los años 80, McLaren, necesitará al menos dos años tirando a tres, para volver a estar arriba con asiduidad. Por tanto, una vez sucediese esto, podrían optar a ser campeones de nuevo. Evidentemente dicho así, puede disgustar a más de uno, sobre todo pensando en la llegada de Alonso a Woking. Pero o suena la flauta, o se tendrá que tirar de paciencia, dada la falta de jornadas para probar este monoplaza 100% nuevo.

Otro que anda de subidón, cercano a cantar aquello de "al que no le guste el vino es un animal, o no tiene un real", es el new presi de Ferrari, Sergio Marchionne. Desde la lejana Detroit, el italiano dijo haber tenido "el primer buen resultado, pues se podrá desarrollar los motores". La realidad sin embargo, por dura que sea, es que estamos solo ante una prolongación de la fecha tope de homologación de los propulsores. Eso sí, con el 48% del mismo supuestamente evolucionado. Luego pide a los aficionados italianos "¡que les dejen trabajar!", aunque reconoce que "partirán desde atrás". Con todo esto y "tan pronto como sea posible, Ferrari volverá a ganar". Entiendo que el nuevo ocupante de la poltrona de Maranello, intente insuflar ánimos a la parroquia rojilla, pero con este argumentario, solo conseguirá que se agoten en Italia las reservas de tinto del Piamonte, la Toscana, más las de Trentino y de Veneto.

Como cierre, qué mejor que recordar algunas novedades del 2015, cuando las fechas de presentación de los equipos, empiezan a estar muy próximas. La primera, los coches pesaran dos unos junticos, es decir 11 kilos más, que el año anterior, robusteciéndose desde los 691 a 702 kg, para solaz y jolgorio de los pilotos. La segunda es que no habrá dobles puntos never, jamais en francés. La tercera y con tres letras, VSF, o Coche de Seguridad Virtual, en caso de enarbolar dobles banderas. También veremos a tres debutantes, Carlos Sainz, Felipe Nasr y Max Verstappen. La cuarta, solo cuatro propulsores por coche, ¡gensanta, mon Dieu! para 20 carreras. Y cinco, sin hacer asonancia alguna, que se parece a "Naso-nancia", bordeando ya el cachondeo de la percha, nada de narices tipo oso hormiguero, morsa o marmota. Tampoco en forma de aspirador, recogemigas, pilla todo, asimétricas o prismáticas, solo frontales de Fórmula 1, los de siempre, los corrientes, los norma-les.