El jefe de Mercedes, Toto Wolff, insiste en que nunca se ha sentido cómodo con la ventaja de su equipo sobre sus rivales hasta los últimos compases de este 2014. Aunque Lewis Hamilton y Nico Rosberg ganaron 16 de las 19 carreras este Campeonato, el austríaco comenta que siempre ha sentido cierta paranoia sobre la posibilidad de que sus contrincantes le alcanzaran.

"Soy una persona muy pesimista por naturaleza. No fue hasta el vuelo desde Suzuka, de vuelta a Europa, obviamente con la nube negra encima del accidente de Jules Bianchi, que me di cuenta, por primera vez, de que teníamos un paquete dominante, y que podríamos ganar. No tenía esos pensamientos durante toda la temporada. Nunca creí que fuera fácil, de hecho, fue lo contrario", confesó para Autosport.

Wolff cree que los miedos de que otros conjuntos pudieran llegar hasta ellos vinieron de la recuperación de Red Bull tras una pretemporada desastrosa, de lo que Toto se dio cuenta cuando vio a Daniel Ricciardo en el podio el GP inaugural.

"Todo lo que vimos desde el principio de temporada no era indicativo suficiente de que nuestro paquete sería lo suficientemente bueno. Cuando fuimos a Melbourne, Ricciardo acabó segundo, sin apenas haber probado el coche. Así que eso fue un poco un recordatorio de que no deberíamos relajarnos. Por eso fuimos carrera a carrera, intentando mejorar nuestra actuación. Si observas la temporada, fue la primera vez que el equipo aumentó el hueco durante el año en lugar de quedarse atrás. Incluso en 2009, se vino abajo. El año pasado lo estábamos haciendo realmente bien hasta el parón de verano y luego perdimos contra las nueve victorias de Sebastian Vettel. Este año ocurrió lo contrario", explicó.

Así, Wolff culpa a su propia personalidad de no sentirse nunca cómodo sobre el liderato que tenía su equipo, aunque piensa que esta característica también puede ser un punto fuerte para intentar mejorar todo el rato y no conformarse nunca.

"En el pasado, en mis anteriores puestos de trabajo, nunca me sentí cómodo con nada hasta que estaba hecho. Y no es porque dijera que nunca debería estar cómodo, es sólo cómo soy. Nunca creo que está hecho hasta que se hace. No hace mi vida más fácil. Es un día terrible tras otro, pero es una fuerza que siempre espera lo peor. Porque tu eres el que está al mando de tus propias expectativas y te mantienes empujando fuerte porque nunca crees que está lo suficientemente bien", finalizó.