Resulta que tras las noctámbulas declaraciones de Cordero di Montezemolo, ya como expresidente de Ferrari, sobre la no permanencia de Fernando Alonso en Maranello, pues eché mano de vena filosófica ante situaciones aparentemente incomprensibles. Resulta que la citada novela retrata la existencia de un hombre, su vida cotidiana y la necesidad del eterno retorno, de Nietzstche en el caso de este libro. En el pellejo de Luca, imagino que protagonismo, dado que Fernando dejó muy claro que sería él quien anunciase su destino cara a la temporada 2015. Pienso, en los compromisos publicitarios que puedan estar siendo afectados dado que todavía restan tres Grandes Premios y que una gran entidad bancaria, ligada al piloto español, sigue anunciándose como trío ganador. Ella misma, Ferrari y Alonso. Y lo hace bajo unos contratos firmados al menos hasta cumplir la temporada 2016 o 2017. Nunca mejor y aquí se podría explicar la diferencia entre "ser y estar".

Luego llegó Sergio Marchionne, sustituto por evidente empujón a Montezemolo, al frente de la presidencia de Ferrari, y llegado desde el grupo Fiat-Chrysler. Su estreno mediatico, en el papel de 'capo' fue declarando, "tenemos que machacar lo antes posible". Resulta que según 'Marchi', para reverdecer viejos laureles "hay que apretar fuerte". Yo me pregunto que llevarán haciendo los pilotos de la Scuderia, desde el lejano año 2007 al menos, último campeonato de pilotos conseguido, con el acelerador del trasto rosso. Para rematar su primer desaguisado, esto: "puedo entender la mala suerte, pero no que sea un elemento estructural de la marca". Pues efectivamente, dejémonos de cosas raras, de brujas y meigas, de velas negras, de ocultismo, pues a todos los aficionados a la Fórmula 1 se nos viene enseguida a la mente una palabra, "es-cultural", seguida de sabiduría y profesionalidad, dado que por ahí creo que radican los problemas de la Scuderia.

Ahora poniéndome musical, ya cantaba Raffaella Carra, allá por los años 70, aquello de "Rumore, rumore, na, na y ná". Pues eso, que Romain Grosjean tiene como fecha tope para renovar con su actual escudería, Lotus, hasta el de 31 de Octubre, siendo la primera opción del team patroneado por Gerad López. Por si acaso recibiesen una negativa por parte del francés, que lo dudo y mucho viendo como está el panorama, los de Enstone meditan otras opciones. Y aquí aparecen Alonso, junto a Movistar, Flavio Briatore y el millonario Lawrence Stroll. De no ser así, comienza el desbarre, pues se habla de Sergio Pérez con Telmex "a su chepa", para sustituir a GRO, cuando ya Pastor Maldonado fue confirmado para el 2015 de la mano de PDVSA, la petrolera venezolana, incompatible con Telmex evidentemente.

Siguiendo con lo anterior, pero ahora con tradicional folclor suizo, una publicación del pequeño país de grandes y potentes bancos, se hace eco nuevamente de por dónde puede rumbar el destino del piloto asturiano con dorsal número 14. Ahora se menta al próximo motorista de McLaren, Honda, como garante directo del contrato del piloto y no la propia escudería. Por tanto el bicampeón del mundo, años 2005 y 2006, firmaría directamente con los japoneses por el tiempo, tres años, que ellos estiman necesarios para poder lograr triunfar en el mundial, bajo ese binomio. Los nipones anhelan además, comprar un buen manojo de acciones, para tener pleno control no solo de la propia escudería, sino también de “un buen amigo” de Alonso, que no es otro que alguien llamado Ron, con apellido Dennis.

Carlos Sainz Jr. se proclamó en el circuito de Jerez, brillante campeón de las World Series by Renault 3.5. Y lo hizo además, batiendo varios records, tanto por su edad, tan solo 20 años, como por número de victorias, siete en total, con el añadido de poder decirle a la cara, esa tan sería siempre, de Helmut Marko: "¡eh jefe, soy el primer de la Red Bull Junior Team en ganarlo!". Desde luego este gran triunfo, en el escalafón previo a la F1, donde compiten un nutrido grupo de jóvenes promesas, debería asegurarle un asiento, aunque incomodo, por méritos propios, por valía, por "manos". Así que su siguiente destino debe ser el equipo Toro Rosso. Estoy convencido que será así, que prevalecerá el sentido común de primar los logros conseguidos en la pista, ante los supuestamente publicitarios y/o económicos. Y sobre todo, derribar de paso el viejo dicho de, "nadie es profeta en su tierra".

Es evidente, pues los números así lo reflejan, que tanto las audiencias por televisión, como en la asistencia a los circuitos de la Fórmula 1, merman año tras año sin cesar. Y mientras los mayores interesados lo denuncian, hablamos de las escuderías y organizadores de los Grandes Premios, la FIA parece "mirar al tendido 5", el de sol, pues allí en los iniciales días otoñales o primaverales, se está muy calentito. Ahora el director deportivo de Force India, Otmar Szafnauer, vuelve a proponer una nueva medida para incrementar el espectáculo. Y parece de todo punto razonable, sensata, cabal; poder elegir los neumáticos en cada carrera. Pues más rápido que un dragster en recorrer un kilómetro, Paul Hembery, director de Pirelli Motorsport, dio nones a la idea, aduciendo cuestiones peregrinas, singulares y exóticas.

Resulta que desde la compañía italiana, con sede en la glamurosa ciudad de Milán, se habla de pesadilla logística, de riesgo para la seguridad, sin aclarar para qué o quienes, de posibles equivocaciones en la elección de los equipos, de un perjuicio para ellos en caso de que se cometiesen errores, de que la abuela vuelve a fumar y encima puros. ¿Pero Santa Madonna, que fabrica esta gente? ¿Saben acaso lo que significa F1? ¿Conocen algo de la historia de esta especialidad del motor? ¡Pero si eso se hizo precisamente durante años, sin problema alguno! ¿Acaso es tan difícil ofrecer elegir cuatro o cinco tipos de compuestos, por ejemplo, a quince días, a un mes vista de la carrera? ¿Desde cuándo "logística" es sinónimo de comodidad, de aburguesamiento, de gran "pachorra" o indolencia? Y de fabricar buenas gomas, los errores, ninguno, solo desacierto o equívoco por parte de los protagonistas. Tal vez miedo.

A finales de los años 70, la segunda cadena de la televisión española, y con la primera, solo esas emitían, pudimos contemplar un personaje curioso llamado Calimero. Se trataba de un 'dibu' animado en forma de pollito, que parlaba lo siguiente cuando se entristecía: "lloraré y lloraré hasta ponerme enfermo y sé que lo puedo hacer". No me preguntéis la razón, pero Felipe Massa, siempre me recordó a este diminuto personaje. Ahora nos hemos enterado que Felipe "sufrió mucho cuando Alonso llegó a Ferrari, dado que el español es el piloto más fuerte de la parrilla". Encima al ser inteligente, "consigue poner al equipo de su lado" y de ahí la angustia del otro piloto. Pues habrá que preguntarle al brasileño como distribuyen los técnicos y mecánicos en Ferrari, normalmente en idéntica cantidad para cada coche, además de confirmar si sucede los mismo en Williams, pues Valtteri Bottas le dobla en puntuación, 74 puntos, ni más ni menos, de diferencia.

Sin lugar a duda, de tener que elegir mi película favorita, me quedaría con "La Gran Evasión", dirigida por John Sturges en 1963. En ella su protagonista, Steve McQueen, realiza una espectacular secuencia sobre una motocicleta, con el propósito de saltar las alambradas que delimitaban la frontera suiza y así escapar de sus perseguidores nazis. Extrapolando este heroico intento a lo declarado recientemente por el vicepresidente de la FIA, el mexicano José Abed, sobre el caso del gravísimo accidente de Jules Bianchi, "sabía perfectamente lo que hacía", de inmediato quedé estupefacto. Ni una sola disculpa, ni tampoco por supuesto la admisión de ninguna responsabilidad, que las hay y varias. Tampoco afirmar de manera rotunda que algo así nunca más sucederá, al menos, por desplegar y reglamentar los cambios necesarios para ello. En resumen, sin empatía , sin corazón, sin sentimiento, sin alma.