Hay riesgos en la vida que son incontrolables. Éstos siempre suceden por una razón y con un origen. En ocasiones, lo imprevisible se anexiona con lo evitable dando lugar a desgracias. En Suzuka, Jules Bianchi participó con un alto porcentaje de riesgo. Pista muy mojada; sus gomas intermedias desgastadas; un tifón acechando; el accidente de Adrian Sutil; un grúa en una de las curvas más rápidas de Suzuka, y un 'safety car' que salió demasiado tarde. Un cúmulo de despropósitos; algunos evitables.

Así lo cree también el ex piloto de McLaren en la década de los 90, Mark Blundell, que pone en tela de juicio la seguridad de la F-1: "Si te encuentras con una grúa de cinco toneladas, sin protección a tu alrededor, es que no está diseñado para estar allí, y tú no estás hecho para chocar contra ella. Por lo tanto, tienen que mirar esto y comprender lo que se necesita hacer para lograr mayor seguridad. Existen un montón de discusiones sobre cómo hacerel coche más seguro con el cockpit cerrado, pero creo que eso es una forma de salir del paso y no la ideal para hacer las cosas”. Habla la voz de la experiencia. Numerosas preguntas esperan la respuesta correcta y que llegarán más pronto que tarde, según el británico.

También tuvo tiempo para elogiar a Bianchi, un héroe que sigue peleando fuera de la pista. "No le conozco personalmente. Lo he visto competir en las categorías más pequeñas y es sin duda un gran talento destinado para cosas más grandes. Ferrari ya tenía sus ojos puestos en él y por eso está en su academia". Ojalá esto sólo sirva para engrandecer su leyenda. Para poder verle pronto con salud y, porque no, a bordo otra vez de un monoplaza, un hombre destinado a hacer historia, ojalá…