Atrás quedan las palabras retadoras de Lewis Hamilton el jueves de Mónaco. Atrás queda el circuito de los sueños y las pesadillas. Más atrás queda ese debut incierto en Australia y nos encaminamos a la séptima prueba de una nueva era que puede gustar, o no, pero que no deja indiferente. La Fórmula 1 toca tierra en el Gilles Villeneuve. Trazado canadiense en honor al mito, a la leyenda. Combinación de doce curvas que gustan y que obligan a los pilotos a dar el máximo de sí mismos en un revirado trazado que tiene los muros cerca. Y los Campeones lo saben.

El primer Gran Premio de Canadá se celebró al noreste de Toronto, en el antiguo Mosport Park. Era 1967 y un tal Jack Brabham se haría con la victoria pero el segundo clasificado de aquel día de finales de agosto, Denny Hulme, serían quien se llevaría la corona a final de temporada. Su único entorchado. Desde 1978, en cambio, la sede del Gran Premio del país francófono se trasladó a Montreal y a su isla de Notre Dame. Allí, fue precisamente el héroe local, Gilles Villeneuve quien estrenó el trazado con victoria. La salida, como curiosidad, se daría desde la recta posterior a la curva del Casino, una de las más cerradas del Mundial junto a la Loews de Mónaco.

Por supuesto, nadie batirá este fin de semana, ni siquiera en tres temporadas más, el récord absoluto de victorias en el circuito de Montreal. Michael Schumacher sigue ostentándolo con, nada más y nada menos, que siete primeros cajones del podio canadiense. De la parrilla actual, sólo un piloto tiene un idilio lejanamente similar con el trazado de Gilles Villeneuve. Y no es otro que Lewis Hamilton. El británico ha ganado en tres ocasiones en el trazado semiurbano y espera volver a hacerlo este fin de semana. Para recordar ciertas cosas, para tapar sus errores recientes.

En 2011 vivimos la carrera más larga de Fórmula 1 de la Historia. Fue Jenson Button quien arrebató la victoria a Sebastian Vettel en la última vuelta y la paciencia de aficionados y medios llegó a límites extremos durante las cuatro horas y cuatro minutos de atención ante un Gran Premio condicionado por la intensa lluvia de Montreal. Este año, si aparece, la lluvia sólo estará presente en alguna de las sesiones de Libres del viernes. A priori.

La estrategia

Pirelli repite elección de neumáticos respecto a la que vimos en Mónaco hace dos semanas. La casa milanesa ha tomado la primera decisión medianamente arriesgada de la temporada. El blando (amarillo) y el súperblando (rojo) harán acto de presencia en Canadá en un circuito que demanda un alta exigencia a los frenos de los monoplazas y en el que aquellos pilotos que aún no hayan pulido su conducción bajo el sistema ‘by wire’ de este año, sufrirán más de lo deseable.

En un trazado de configuración semiurbana, similar al de Australia con grandes excepciones, la tracción será clave en los monoplazas y la carga aerodinámica en las curvas de media velocidad condicionará el fin de semana de muchos. No obstante, la tendencia en Montreal es la de buscar una baja carga aerodinámica en la configuración de los monoplazas para pasar de los 300km/h en la larga recta de contrameta tras la cerrada horquilla a derechas del Casino.

Uno de los mayores desafíos para los neumáticos en Canadá es la inconsistencia del asfalto, formado por una serie de diferentes superficies que ofrecen diferentes niveles de agarre. No obstante, la dureza de los diferentes compuestos que Pirelli ha diseñado para este 2014 no debería causar muchos quebraderos de cabeza en cuanto a la degradación de los mismos en los equipos. Así podríamos esperar dos pit stop, siendo los más factibles -a falta de recopilar datos durante el viernes- los realizados en las vueltas 16 y 44.

El pitlane canadiense tiene 417 metros de longitud, sumando 21 segundos a la vuelta realizada por el piloto que deba pasar por él. Los bajos niveles de agarre al comienzo del fin de semana, dado el escaso uso competitivo que se le da al trazado de Montreal, provocarán más de un susto en la parrilla y el ‘Muro de los Campeones’, en la chicane de entrada a meta, puede recibir a algún nuevo miembro este fin de semana. Las probabilidades de que el coche de seguridad haga acto de presencia en Canadá son del 57% por lo que no sería raro verlo durante la carrera del domingo.

Setenta vueltas se darán a los 4.361 metros que componen el trazado de Montreal. Los coches de seguridad pueden llegar a condicionar el desarrollo de una carrera que, salvo sorpresa estrepitosa, apunta a donde lo ha hecho en las seis citas previas: Mercedes.

En 2013…

Sebastian Vettel dominaba de principio a fin doblando hasta el sexto clasificado un Gran Premio en el que la emoción se trasladó a la lucha por la segunda plaza. Valtteri Bottas traccionaba de manera brillante y lograba colocarse tras la zaga del alemán de Red Bull pero poco le duraría la felicidad al piloto finlandés de Williams que no lograba ir más allá de la 14ª posición final tras haber deleitado a propios y extraños en la tarde del sábado. Fernando Alonso lograba remontar posiciones y adelantar a Mark Weber en la recta de meta en una maniobra perfecta. El podio estaba en sus manos.

Nunca habían ganado ni Red Bull, ni Sebastian Vettel en tierras canadienses pero el alemán no estaba dispuestos a renunciar a ello. Marcando vueltas rápidas de manera consecutiva e imponiendo un ritmo inalcanzable, el germano doblaba hasta el sexto clasificado, un Jean-Eric Vergne que conseguía su mejor resultado hasta la fecha. Por detrás del Red Bull, Alonso conseguía superar a un batallador Lewis Hamilton en un duelo vibrante por la segunda posición del podio. El español mantendría la posición hasta la bandera a cuadros pero Vettel se iba a los 30 puntos de ventaja en un arranque de temporada que no había sido dominador para los intereses austriacos…