Con anterioridad al GP celebrado en el circuito de Albert Park, Charlie Whiting dijo: "De encontrarnos en una situación en la que no haya coches rodando, simplemente detendríamos la carrera, ya que no habría nadie". Pero vamos a ver, ¿si nadie rueda, si todos abandonaron, que carrera habría que parar? Luego continuando con el despiporre añadió: "los resultados se cogerían de la vuelta anterior en la que se detuvo la carrera y quien estuviese rodando en ese momento sería el ganador". Es decir, el postrero gana, vence, al estilo de la frase "los últimos serán los primeros por cansinos, por pesados".

Antes de estas 'inteligentes decisiones', mejor cavilaciones o consideraciones desconsideradas, nos encontramos con: "creo que muchos de estos escenarios apocalípticos son poco probables, conociendo a los equipos de Fórmula 1 y lo eficientes que son en realidad". Efectivamente 'Charly', de caerse el cielo nos pillaría a todos seguro, ¡que está arriba hombre, es azul y muy grande, inmenso! Y para finalizar el acabose: "Pero una vez que empezasen a caer como moscas, algunos podrían pensar, yo podría conseguir algo aquí, vamos a revisar esta 'vieja muchacha' y volver a salir...".

¿Vieja muchacha? ¡Máquinas casi a estrenar y ya son viejas cachaperas! ¿A eso no se conoce como antítesis, no es antagónico? ¿Los Fórmula 1 V6 Turbo dotados de ERS se llaman ahora así? ¡Pero si esta temporada precisamente es todo nuevo! Creo que aquello de "lo que no pué sé, no pué sé y además es imposible", pega aquí mejor que el cianocrilato. Un Super Glue que bien utilizado sellando algunos labios, impediría tener que oír algunos despropósitos. Por cierto, una cifra, catorce, esos fueron los bólidos que recibieron el banderazo final, ca-tor-ce. Cábala será pero ese es el dorsal de Fernando Alonso. Digamos que, en la lotería, hubiera tenido premio a la terminación.

Uno que llegó segundo, con gran alborozo para la parroquia aussie fue el piloto local Daniel Ricciardo, aunque luego fuera descalificado por las gentes de la FIA. Los comisarios técnicos dijeron que 'el sonrisas' "superó el flujo máximo de combustible de 100 kg/h en varias ocasiones durante la carrera". Parece ser que su medidor de caudal de gasolina no rulaba tan bien como el coche o el coche rulaba así de bien por la alegría del cacharro a la hora de dejar pasar la gasota.. Este avisado y, por tanto, estúpido error del team Red Bull I ¿podría pasarle a Sebastian Vettel? ¿Es casualidad, o no, que le sucediese al 2º piloto de la escudería? ¿Se trató de ver si colaba? ¿Iker Jiménez nos podrá arrojar alguna luz sobre está enigmática cuestión que me corroe por dentro?

Y nada más ponerse en marcha los motores, darse la salida, empezar a rodar los coches por el circuito de Albert Park, dicen que las sensaciones auditivas entregadas por estos F1 no son las de coches de carreras, bólidos, maquinones, como debiera de ser. Los organizadores del Gran Premio están furiosos, montaron en cólera, tañeron en arrebato, se subían por las paredes. Eso de que los cantos de los pájaros silvestres que allí anidan fueran evidentes y musicales entre tanto buga de ruedas anchas, no les moló nada. Andrew Westacott, director ejecutivo de la pista, reveló estar muy cabreado: "Hemos pagado por un producto mucha pasta. Tenemos contratos vigentes y andamos pensando muy en serio que estamos ante evidentes infracciones".

Al gran Niki Lauda le sonaron a poco, le decepcionaron mucho, le 'faltaba argo', rugido de cilindros, de válvulas, bujías quemando combustible a espuertas, así lo llamaban antaño. Vettel opinó, no sé si pudieron influir también las cinco escasas vueltas que dio el domingo, que "fue como conducir una aspiradora". Button se "mostró preocupado", más si cabe después de su exhibición allí, subido, encaramado a los mandos y palancas de uno traccionado por un V10. Otros creen que suenan a cortadoras de césped, a moto sierras, a vehículos de calle, a GP3 como mucho. Vamos, a todo menos a un F1.

A mi sinceramente me ronronean cual Moto GP, pero con cuatro ruedas y a un coste estratosférico, sideral. También a esas motillos de Moto3 que parecen que tengan algún problema digestivo flatulento pero que de vez en cuando 'se calzan unas chufas' de impresión; y no me refiero a la excelente horchata servida en Valencia. Pero claro, si los responsables del circo andan “de caprichos cada año” pues, ¿tan difícil es ponerles un par de buenos mp3 a los coches, con sonidos simulando, en sintetizador, rugidos de otros tiempos y apoyados en bafles Pioneer o Bose? Y lo último no tiene nada que ver con 'el Miguel'. Lo dejo aclarado por si acaso se hiere alguna susceptibilidad, que ahora estamos toos muy sensibles.

No hay nada peor según el dicho, "que tirarse piedras contra tu propio tejado", claro está, si vives en una casa baja, pues de hacerlo en un bloque de pisos de seis plantas y residir en el 3º pues 'who cares'. Yo soy más de "no mola echarse tierra a los ojos, que luego duelen, molestan". Eso no es de gente seria, ni cabal. Eso es lo que le debe pensar Bernie, que ahora dice que los coches 'silenciosos' no molan, que no tienen atractivo ni glamour. La cosa es tan grave, que amenaza incluso con dejarlo, con irse a finales de año. Pues de ser esto cierto, afirmo alto y claro: ¡me gustan y muchisísimo los nuevos V6 Turbo, un montonazo, un egg. ¡Y no, no es una fruta tropical!

'Iceman', el hombre que viene del frío sin usar camiseta térmica ni nada, no regresó de las gélidas tierras finlandesas con un buen “feeling conductoril”, nadie advirtió en sus ojos la mirada del tigre lapón. Se le vio, en cambio, con el mono rojo dos tallas más grandes, con la culera caída, alicaído en suma. Hasta Stefano 'DO' dijo que “hay que ayudar a Kimi a encontrar el equilibrio", y se refería claro está, al del coche, al binomio 'buga & driver'. Luego supimos por el propio Raikkonen que "no se sintió cómodo en el bólido". También dijo que el fin de semana fue algo caótico, que "hay muchas cosas que mejorar". Ya avisé yo, que mucho simulador y poca fiesta sentarían peor al finlandés, que un vaso de agua por la noche a un Gremlin colega de farra de Boris Yeltsin.

El equipo McLaren anda a la caza de un patrocinador grande, 'the principal sponsor', de gran elefante blanco. Y es que el coche después de perder las pegatinas del Banco Santander y sobre todo de Vodafone, solo mantiene a Mobil 1, aceite sintético de los buenos, buenos. Así que luce mucha “chapa metalizada” y falta el parné en la misma proporción. Ron Dennis, director ejecutivo, a la pregunta de si ayudarían los buenos resultados obtenidos en Australia, respondió por duplicado lo siguiente, "of course". Solo un pequeño consejo para el británico: ¿y si envías unas cuantas cartas petitorias, muchas, a fabricantes que destilan espirituosos y que va antes del Dennis?

Toto Wolff, hombre calmo, pausado, ferviente esposo de Susie Wolff, ella 'pilota' de Williams, él, ex del mismo equipo con sede en Grove y ahora recalado en el Team Mercedes AMG, nos dejó la siguiente aseveración: "Hablar de que somos favoritos, sería un poco exagerado". Y esto es más evidente, es una “verdad, verdadera”, perogrullada en culto, realidad palpable, dado que con sólo un Gran Premio cumplido, sumergidos en esa sordina de los V6 Turbo y con el abandono de Lewis Hamilton en la vuelta 3, decir otra cosa seria cuando menos, "pasarse cuatro pueblos, tres aldeas, dos concejos e irse hasta un cabildo insular".

Supimos que Red Bull confía en Renault para solventar sus problemas de interacción, fundamentalmente de software, entre el motor y el ERS; en resumen y como dicen en USA, "In Renault we trust", traducido "el rombo rulará". Esto amigos empieza a ponerse interesante, que digo interesante, de altos vuelos. Un lugar que será recordado en las próximas fechas por las calles de toda España, con miles de penitentes, costaleros, a ritmo lento, con sonido de saetas y redoble de tambores. Dicen que por allí reina la Santísima Trinidad, reflejada aquí, en la tierra por el triunvirato, Mateschitz, Newey, Horner, ahora en horas bajas, quietas, expectantes. Pero no se confíen, la venganza es un plato que se come frío.

Para terminar por esta semana, que mejor que hablar del gran Flavio Briatore, tipo locuaz, directo, franco y llano al expresarse. Opinando de lo visto en Australia fue claro, pues nos espetó esto, "fue un espectáculo indescifrable y deprimente". Luego dijo; "obligar a los pilotos a conducir despacio, es algo contrario al sentido común"; sólo le faltó decir "¡vaya gilipollez que tuve que soportar!". Pues claro gente, que hablamos de una competición entre pilotos que conducen bólidos, coches de carreras. Desde luego adjetivar lo visto como "inaceptable, de caos total", ya quizás es irse "algo largo, en la jerga de los marinos, izar mucho trapo, tensar en exceso las jarcias", pero "Flavi es asín". Aunque pensándolo mejor, después de todo el revuelo montado, siendo él tan italiano y al reparar en lo de 'F1' se dijo: ¡leches claro! ¡He desvelado solito el código! F1 = Fiat Uno. Eso es lo que son. ¡Unos Fiat UNO, camuflados!