Ser la carrera inaugural de la temporada de Fórmula 1 de los últimos años no es suficiente para los organizadores del Gran Premio de Australia cuando se habla de promoción y marketing de la prueba en Melbourne. Tras 16 años con los motores rugiendo en el Albert Park, el contrato expira a finales de 2015 pero los responsables de la cita quieren renovar con Bernie Ecclestone. Sin embargo, antes de tal fecha, gobierno y organizadores plantean "revitalizar" la promoción del Gran Premio y, por consecuente, la imagen de la zona.

Sin intenciones de cambiar de emplazamiento ni de pasar a celebrar una carrera nocturna, desde Melbourne apuestan por mejorar y potenciar el modelo actual, que tanto éxito en cuanto a promoción y turismo ha traído a la ciudad y al estado de Victoria en los últimos años, para continuar adelante e incrementar la repercusión internacional de la prueba de Fórmula 1 y de los atractivos locales. "El gobierno está buscando trabajar con la Grand Prix Corporation de Australia para mejorar la comerciabilidad del evento y la promoción en el mundo", afirmaba un portavoz del gobierno de Victoria, estado en el que se encuentra Melbourne, al diario australiano The Age.

Además de la promoción internacional, uno de los añadidos para los próximos años, como ya se trató en 2010 y 2011, sería reducir los costes económicos que supone albergar un Gran Premio y que repercute en los ciudadanos. "Ciertamente deberíamos buscar que el Gran Premio mejore su rendimiento antes de 2015 si va a sobrevivir en este estado", señalaba el por entonces líder del partido gobernante, Ted Baillieu.

Según datos del rotativo 'aussie', el Gran Premio de Australia costó a los habitantes de Victoria más de 42 millones y medio de euros (57 millones de dólares) en 2012 mientras que en 1996 los contribuyentes asumieron el pago de 1,2 millones de euros (1,7 millones de dólares).

A pesar de las cifras económicas, desde Grand Prix Corporation argumentan que los beneficios de acoger una carrera de Fórmula 1 son más que beneficiosos para la ciudad y el estado en términos de turismo, reconocimiento y presencia internacional. De tal modo, avisan a los ciudadanos que la pérdida de la prueba "reduciría la posición de Melbourne en el panorama nacional e internacional".