La pista, Fiorano; muy lejos de Zolder, el circuito belga donde ocurrió el desastre en 1982. Pero igualmente válido. La fecha, 8 de mayo, justo 30 años después del terrible accidente que sesgó su vida. El protagonista, Jacques Villeneuve, campeón mundial de Fórmula 1 con Williams en 1997 e hijo del legendario Gilles. Junto a él, Joann, la viuda del malogrado, y la hija de ambos, Melanie. Más nombres emotivos: Mauro Forghieri, director técnico de la Scudería cuando ocurrió el accidente. Todos se reunieron en una jornada muy especial que tampoco se quisieron perder los actuales pilotos de Ferrari en Fórmula 1, Fernando Alonso y Felipe Massa.

Jacques recuerda que mucho antes de que debutara en 1996, durante los diez años que pudo convivir con su padre vivió el automovilismo de primera mano: "Toda la familia siempre iba a las carreras y vivíamos en el motorhome. ¡Era mucho mejor que ir a la escuela!", bromea Jacques.

"Casi todo lo que recuerdo de él es como piloto de carreras, pues la mayoría de los recuerdos que tengo es del circuito, sentado viendo las carreras. Y si no estaba en un coche estaba a bordo de un helicóptero o un avión. Pero parecía normal; era mi padre".

Gilles perdió la vida por el fuerte golpe sufrido durante la sesiones de entrenamientos de aquella carrera pero, también principalmente, por las precarias medidas de seguridad de entonces. Jacques da gracias porque en sus años de competición todo era mucho mejor.

"Creo que tengo suerte de pilotar en una época en la que los coches son más seguros; de lo contrario seguramente también estaría muerto, pues yo también tiendo, como él, a ir al límite". Pero cree que su padre estaría orgulloso de él si le hubiera visto competir: "Creo que estaría feliz, pues su sueño era verme convertido en un piloto de carreras".

Los actuales pilotos de Ferrari también han destacado la importancia de sus respectivos padres a la hora de abrirse un hueco en la competición: "Especialmente al principio, cuando quería que mi hermana corriera y le construyó un kart", asegura el español Fernando Alonso. "Afortunadamente para mí, a ella no le gustaba, así que yo me interesé y así es como todo comenzó. Yo tenía 2 años y medio".

Sin embargo, Giles Villeneuve también fue polémico: sus maniobras al límite acaban en numerosas ocasiones fuera de la pista. Pese a ello, su respecto hacia los rivales era exquisito, como asegura vicepresidente de Ferrari, Piero: "Tenía un estilo agresivo, pero nunca fue incorrecto en el trato con sus rivales".

Mauro Forghieri, director técnico de Ferrari en la época de Gilles, recuerda: “Él formaba parte del campeonato mundial; simplemente corría en cada carrera por él mismo. Los coches eran muy exigente físicamente, y hoy simplemente no podríamos correr con ellos".