No es el único que piensa así: los periódicos y los medios siguen hablando de Sebastian Vettel, pero no de Corea, que empezará su segundo gran premio en la Fórmula 1 dentro de sólo tres días. Pero en realidad no es la primera vez que un título mundial no se decide en las últimas carreras. En 2002, Michael Schumacher ganó el Mundial a falta de seis pruebas por disputarse.

Visto así, quizá la victoria de Vettel a falta de cuatro carreras no sea comparable, pero algunos sí creen que parte de la emoción se perdió cuando Vettel sumó el punto necesario en Suzuka para convertirse en bicampeón mundial: "La tensión y la emoción que hemos tenido la suerte de tener las últimas temporadas no se repetirá"; asegura Whitmarsh a The Times of India.

Efectivamente, desde mitad de la pasada década, nos acostumbramos a que los Mundiales se decidieran en las tres últimas carreras (2005 y 2009) o justo en la última (2006, 2007, 2008 y 2010). No será así esta vez, y algunos lo lamentan. Aunque Whitmarsh ve el lado bueno y tiene la esperanza de que las carreras ahora sean más divertidas, pues no se correrá con la calculadora en la mano: "De hecho creo que veremos carreras realmente increíbles de la mano de los mejores pilotos del mundo". Aún queda por decidirse el subcampeonato, pero sin duda no se corre igual por él que por el Mundial, y los pilotos y las escuderías arriesgarán más que de costumbre.

Un buen ejemplo lo dio Fernando Alonso que, fuera de las posibilidades matemáticas de lograr el mundial en Japón, realizó una gran carrera con un Ferrari nada evolucionado y logró terminar segundo, conteniendo a Sebastian Vettel detrás: "Saber que las actualizaciones en el coche son mínimas nos dará una motivación extra para las carreras restantes", asegura el español. "En algunas carreras aún somos competitivos; así que ¿por qué no luchar por la victoria en los últimos grandes premios?".