Kamui no es el único en expresar su malestar y preocupación por las tristes noticias que llegan de Japón. Jessica, la novia de Jenson Button —campeón mundial en 2009 y actual piloto de McLaren—, también es japonesa y estaba trabajando en Tokio de modelo; Jenson confesó que durante un tiempo no sabía qué había pasado con Jessica, pero finalmente ha podido calmar su inquietud: "Está bien, pero muy alterada", tranquiliza.

Japón ha dado grandes momentos al automovilismo y, concretamente, a la Fórmula 1. Suzuka, Toyota o Bridgestone son marcas ya míticas para este deporte, y algunos pilotos recientes como Takuma Sato llegaron a hacerse muy populares. La Fórmula 1 sabe de la importancia de este país en su deporte, y muchas autoridades y personalidades han querido expresar su solidaridad para con el pueblo japonés. Es el caso de Ross Brawn, jefe del equipo Mercedes Grand Prix: "Nuestros corazones y nuestros pensamientos están con la gente de Japón, que ha ayudado enormemente a nuestro deporte".

Otro piloto especialmente afectado es Heikki Kovalainen, que trabaja con un ingeniero japonés, según informa el periódico finlandés Turun Sanomat. Heikki ha querido expresar su malestar por los acontecimientos del tsunami, agravados recientemente por el riesgo nuclear: "Parece ficción, pero no lo es", escribe en una conocida red social. "Tengo muchos admiradores japoneses y sinceramente espero que todos estén bien".

Dietrich Mateschitz, dueño de la escudería Red Bull Racing —vigente campeona mundial— ha quedado seriamente impresionado con las "terribles" imágenes llegadas de la catástrofe, mientras que el bicampeón mundial español, Fernando Alonso, prioriza la ayuda humanitaria sobre el deporte y los negocios: "La Fórmula 1 y todos sus problemas quedan en un segundo plano en la lista de prioridades", dice el piloto de Ferrari.