Infiniti es la división de lujo del fabricante japonés Nissan, que lidera el también jefe ejecutivo de Renault, el brasileño Carlos Ghosn, famoso por los recortes presupuestarios que impone allá donde va y los buenos resultados empresariales que obtiene.

Los rumores sugieren que el valor de un acuerdo con los actuales campeones del mundo, Red Bull, se situaría en torno a los 8 millones de euros, cubriendo el coste del suministro del motor para el equipo cliente. Sin embargo, según se puede leer en la nota de prensa, no es un contrato para renombrar sino más bien un "acuerdo de mercadotecnia", que comprende "actividades técnicas" para 2011 y 2012. También incluye la publicidad de "alto perfil" en el coche y la ropa del equipo, y "futura colaboración técnica" entre Infiniti, Renault y Red Bull.

En este sentido, el corresponsal del Telegraph, Tom Cary, ha comentado: "La esperanza es que la colaboración evolucione hacia algo más sustancial".

Antes del anuncio oficial, el jefe de equipo de Red Bull, Christian Horner, había explicado en Bloomberg que Red Bull mantendría su decoración habitual, pero incorporando el logotipo de Infiniti es cuatro lugares del monoplaza. Por otro lado, en declaraciones a Reuters, ha manifestado que, a su juicio, es una "magnífica noticia" que un fabricante japonés entre en la F1. "Quizás anime a otros a seguirlos", ha valorado Horner.