El informe “Análisis del estado de los vehículos” realizado por la Fundación Mapfre con los datos correspondientes a 17.661 inspecciones de automóviles desvela que un 61,2 por ciento de los automóviles españoles tiene deterioros que influyen en su seguridad.

El número de deficiencias de los vehículos que se mueven con gasolina es un 20% mayor que en los que consumen gasóleo. Los fallos más comunes son los relacionados con el estado de las ruedas y los neumáticos, los sistemas de iluminación y los frenos, todos ellos elementos clave en la seguridad. Los desperfectos en el motor están también muy extendidos, sobre todo los que tienen que ver con el mantenimiento básico–niveles de aceite inadecuados, y desgaste en correas y manguitos , entre otros–, que a la larga puede producir una avería y en consecuencia un riesgo en la vía.

Un enorme porcentaje –88 por ciento en los gasolina y 74 en los Diesel– de los fallos relacionados con el sistema de frenado tiene que ver con una mala calidad del líquido de frenos. Este aspecto no se suele examinar en las ITV y tampoco es objeto de aviso por parte del vehículo, que solo señala cuando el nivel está bajo, pero no cuando el líquido ha perdido sus propiedades.

En cuanto a localización geográfica, Castilla-La Mancha y Castilla y León son los territorios donde las deficiencias son más significativas. En lado contrario se encuentra la zona mediterránea, en especial Cataluña, obteniendo el índice más bajo de fallos. Estos datos están directamente relacionados con la edad media del parque móvil, siendo en este caso más viejos los vehículos castellanos que los mediterráneos.

Julio Laria, Director del Área de Seguridad Vial de Fundación Mapfre, asegura que “la condición técnica de un vehículo influye de manera directa en la seguridad vial, por lo que resulta muy importante conocer el estado del mismo para poder llevar a cabo las acciones correctoras pertinentes en el caso de que sean necesarias”.