El BMW M2 es uno, o más bien era, de los compactos deportivos más deseados del mercado ya que muchos veían en él todo un sucesor del grandioso 1 M Coupé. Sus proporciones contenidas, la tracción trasera, el cambio manual y su motor de seis cilindros en línea forman una receta ideal que todo amante de las cuatro ruedas sabe apreciar y que no se atrevería a modificar, salvo que te llames Gary Martins y hayas trabajado para la propia marca alemana como un técnico muy cualificado.

Con un motor diésel bajo el capó

Este entusiasta de la mecánica nos ha sorprendido realmente ya que nos presenta su última obra a la que denomina BMW M2 50d, dándonos una pista de por donde van los tiros y es que lo que inicialmente comenzó con un Serie 2 Coupé bastante sencillo, ha terminado transformándose en toda una bestia que no para de expulsar humo negro por el tubo de escape. Esto se debe a que el motor original se ha sustituido por todo un bloque procedente de un SUV diésel M Performance, concretamente el X5 M50d de la generación anterior.

Hablamos de una mecánica diésel de seis cilindros en línea que recibe la ayuda de nada menos que tres turbocompresores para así desarrollar 381 CV y un par máximo de 740 Nm, unas cifras respetables dadas las dimensiones de este Serie 2 vitaminado. Pero claro, no contento con ellas, el propietario de Grease Monkey Motors ha decidido instalar un kit de óxido nitroso y un sistema de inyección de agua y metanol, lo que da como resultado unos contundentes 580 caballos de potencia y unos salvajes ¡1.070 Nm! El eje trasero sigue siendo el encargado de digerir toda esta energía, aunque eso sí, con la ayuda de una transmisión heredada de un BMW 330d.

A imagen y semejanza del M2

Estéticamente, este coche luce como si fuera un M2 y eso se debe a que hereda del compacto deportivo sus paragolpes delantero y trasero, mientras que los pasos de rueda se tuvieron que ensanchar para dar cabida a unas llantas de grandes dimensiones. El alerón trasero procede del catálogo M Performance y el capó se ha realizado en fibra de carbono, al igual que el portón del maletero, con una línea de escape cuádruple que imita la del citado M2 y unos frenos delanteros heredados de todo un BMW M5 (F10) –los traseros proceden del M4–.

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Así mismo, el M2 50d cuenta con el diferencial del 330d y un eje de transmisión procedente del M135i. Con respecto al interior destacan unos asientos heredados del BMW M3 y una jaula antivuelco que reemplaza al banco trasero. En definitiva, todo un engendro mecánico que se puede utilizar tanto en la vía pública como en los circuitos, cuyo debut en el mundo de la competición tendrá lugar a principios de septiembre en la undécima edición del Simola Hillclimb en Knysna, Sudáfrica.

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Borja Díaz

Especialista en temas de motor y tecnología. Apasionado de la mecánica y las cuatro ruedas desde niño, ahora trato de transmitir mis experiencias a todo aquel que disfrute con el olor a gasolina, la velocidad, el placer de conducir, el diseño y el sonido de esos motores que nos ponen los pelos de punta