Si tuviéramos que elegir a dos automóviles norteamericanos con unas prestaciones parecidas para enfrentarse en una carrera de aceleración, probablemente los candidatos serían los Dodge Charger SRT Hellcat y Ford Mustang Shelby GT500. Sus más de 700 caballos hacen que la persona detrás del volante tenga las habilidades necesarias como para lidiar con cualquier imprevisto que se presente, algo que no demuestran todos los propietarios.

Dos bestias sobrealimentadas

El ejemplo más reciente nos llega desde Estados Unidos, donde los dos automóviles mencionados han sido grabados en vídeo mientras sus dueños se disponían a realizar una carrera ilegal en plena vía pública. Por un lado, tenemos un Shelby de color verde; por otro, un Hellcat con su carrocería pintada de gris. Nos quedaremos con este último ya que, por raro que parezca, no ha sido el Mustang el peor parado de esta historia.

preview for Dodge Charger SRT Hellcat at Lightning Lap 2016

Las imágenes nos dejan clara una cosa y es que el conductor del Charger había decidido desconectar el control de tracción y confiar todo a sus dotes al volante. Como puedes imaginar, esta decisión fue todo un error. Decimos esto porque tan pronto pisó el acelerador a fondo, las ruedas traseras de su coche comenzaron a deslizar y la zaga, a insinuarse. Sin embargo, tras dejar de acelerar por unos instantes el Hellcat recuperó la compostura.

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Final amargo para... ¡el Charger!

Este pequeño susto hizo que el Shelby se escapara de manera que la única solución pasaba por volver a acelerar al máximo. Este gesto volvió a provocar la pérdida de tracción en el eje trasero, con la diferencia de que en esta ocasión el conductor pisó el freno, y el Dodge terminó fuera de la carretera. Durante su excursión por la hierba se llevó una señal de tráfico por delante, pero todo quedó en un susto ya que no se produjo ningún tipo de colisión importante.

Todo esto se podía haber evitado si el conductor no hubiera pisado el freno y simplemente hubiese dejado de acelerar, como ya hizo en un primer momento. Por supuesto, nada de esto habría ocurrido si los dos protagonistas no hubieran participado en una carrera callejera ilegal. Recordemos que ambos cuentan con motores V8 sobrealimentados, de 5.2 litros y 771 CV en el caso del Shelby, mientras que el del Hellcat cubica 6.2 litros y desarrolla 717 CV.

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Borja Díaz

Especialista en temas de motor y tecnología. Apasionado de la mecánica y las cuatro ruedas desde niño, ahora trato de transmitir mis experiencias a todo aquel que disfrute con el olor a gasolina, la velocidad, el placer de conducir, el diseño y el sonido de esos motores que nos ponen los pelos de punta