Hasta hace tres años, siempre que hablábamos de Mitsubishi para referirnos a vehículos deportivos, radicales, que fueran capaces de emocionar al conductor desde el primer minuto, solo había un candidato y no era otro que el Lancer Evolution. Un automóvil con genética de competición que, tristemente, nos dejó en el 2016 para quién sabe si volver algún día siendo el mismo producto, o uno totalmente diferente.
Sin apenas kilometraje
Con su desaparición, el icónico deportivo japonés se ha convertido en un producto aún más deseado y es que encontrar una unidad en perfectas condiciones se antoja muy difícil a estas alturas de la película, aunque siempre hay excepciones y el mejor ejemplo lo tenemos con este Mitsubishi Lancer Evolution IX MR de 2006 que nos traen nuestros colegas de R&T. Hablamos de un ejemplar que cualquier entusiasta desearía tener en su garaje pues apenas cuenta con 30 kilómetros en su odómetro.
Durante estos últimos días ha sido el principal protagonista en la sala de exposición de un concesionario de la marca japonesa situado en el sur de California, concretamente en Costa Mesa. Hablamos en pasado de él porque en las últimas horas alguien no ha podido resistirse y ha pagado el elevado precio que pedían por un modelo que cuando salió al mercado rondaba los 40.000 euros. Ahora, esa cantidad se ha incrementado notablemente y su nuevo propietario ha depositado en el concesionario un total de 68.000 euros, que están totalmente justificados.
Debajo del capó, se ubica un bloque de cuatro cilindros turboalimentado, con 2.0 litros de cilindrada y una potencia de 286 caballos, transmitidos a las cuatro ruedas a través de una caja de cambios manual de seis relaciones. Con respecto a otras versiones del Evolution, este MR contaba con unas llantas forjadas BBS, unos amortiguadores Bilstein y unos faros HID, sin olvidarnos de sus frenos Brembo, unos asientos Recaro y una línea roja de 7.000 revoluciones que hacia las delicias de los entusiastas.
A juzgar por las imágenes, el coche parece que acaba de salir de la fábrica. Todo está en perfecto estado, desde la pintura roja, hasta el grupo de indicadores, pasando por un compartimento del motor impecable. No es de extrañar que ya no esté a la venta y es que siempre se agradecen oportunidades tan excepcionales como esta, con auténticas joyas del motor esperando a un nuevo propietario que sepa apreciarlas.
Especialista en temas de motor y tecnología. Apasionado de la mecánica y las cuatro ruedas desde niño, ahora trato de transmitir mis experiencias a todo aquel que disfrute con el olor a gasolina, la velocidad, el placer de conducir, el diseño y el sonido de esos motores que nos ponen los pelos de punta