Es posible que no te suene, pero detrás de Ricardo hay una compañía británica responsable, entre otras cosas de la caja de cambios del Aston Martin Valkyrie o el Bugatti Chiron así como de otros tantos coches de competición. Sin embargo esta empresa también tiene experiencia creando vehículos militares como los Land Rover WMIK del ejercito británico. Ahora sin embargo ha sido al pick-up Ford Ranger al que ha transformado en un vehículo militar ligero.
Listo para servir
No estamos ante un todoterreno transformado en un tanque, aunque las modificaciones, en colaboración con Polaris Goverment and Defense, son más numerosas de lo que parece. Respecto al modelo base se han realizado ajustes en el chasis con resortes, amortiguadores y frenos mejorados, así como unas nuevas ruedas todoterreno.
También se ha elevado la altura del coche, y se ha reforzado con unos bajos protegidos, cristales blindados, y paragolpes delanteros y traseros más pesados, también se han añadido placas para las zonas cercanas al radiador, el tren motriz y el tanque de combustible.
Mientras, en el interior se ha añadido un sistema eléctrico de 24 voltios para alimentar todos los sistemas instalados en la cabina, también se ha añadido un sistema para acoplar armas, y arneses de cuatro puntos para los asientos. En la zona de la cama se ha añadido una jaula antivuelco mientras que en el techo, también adaptado para alojar equipamiento hay dos enormes antenas.
Flexibilidad en opciones y usos
En la parte mecánica Ricardo ofrecerá una variada gama de opciones, partiendo, claro está, del motor Diésel EcoBlue 2.0 de cuatro cilindros biturbo con 213 CV que equipa el modelo de serie junto con una transmisión automática de 10 velocidades.
Las aplicaciones de este Ranger "militarizado" pueden ser muchas. De hecho Ricardo lo describe como un vehículo versátil y rentable ideal para servicios de defensa, vigilancia, seguridad y rescate.
Especializado en el mundo del motor, la competición y la tecnología, Antonio Ramos Ochoa es redactor de Car and Driver. Se comenta que antes de bajarse del carro ya iba diciendo el nombre de los coches que iba viendo por la calle. Unos cuantos años después sigue hablando de una de sus pasiones aquí. Aficionado al Motorsport, el cine, videojuegos y la historia, incluso se desfoga de vez en cuando al volante de un kart o un simulador.
