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Aunque pueda parecer mentira, todavía no hemos visto todo lo que puede dar de sí el Land Rover Defender clásico, el de la primera generación. Un automóvil icónico que, entre transformaciones propias de su marca y las de preparadores externos, ha ofrecido capacidades todoterreno excelsas para llegar a cualquier rincón e, incluso, facetas más propias de un deportivo.
Ahora, el carrocero italiano Ares Modena nos propone una nueva perspectiva al tomar un Defender 110, dotarlo con motor V8 y cortar por completo su techo original para sustituirlo por uno de lona. Todo ello, aderezado con un toque de lujo, especialmente en el interior. Con esta breve introducción, bienvenidos al Ares Defender V8 Cabrio.
El lujo de explorar a cielo abierto
Las líneas incombustibles del Defender clásico siguen presentes en el trabajo de Ares Modena, aunque este preparador se ha concedido la libertad de introducir algunos retoques, digamos, modernistas, como por ejemplo las aletas ensanchadas en fibra de carbono, el capó que alberga la rueda de recambio o una calandra frontal con una ventilación más generosa, que engloba además las habituales ópticas redondas, aquí convenientemente modernizadas con tecnología Led. Otros detalles, que quizá rayan en lo anacrónico, son los retrovisores con intermitentes integrados o los pilotos traseros.
Pero lo que más destaca es la completa ausencia del techo, reemplazado por una robusta y sofisticada jaula de seguridad que engloba el mismo marco del parabrisas (que puede plegarse hacia adelante) y comprende otros dos arcos que se elevan en oblicuo por encima de las filas de asientos, con una clara función de protección frente a posibles vuelcos.
Su tono negro satinado es una potente nota de contraste en un habitáculo donde el cuero y la madera campan a sus anchas. Todas las plazas cuentan con cinturones de seguridad directamente integrados en cada asiento, y un sistema multimedia permite disfrutar a bordo de Android Auto o Apple CarPlay. Como es habitual en este tipo de preparaciones, en la parte baja del salpicadero una placa identificativa nos advierte, además de cómo utilizar la reductora, de que no estamos ante un Defender corriente.
Como corriente tampoco es su motor, un V8 atmosférico de 5,3 litros que entrega 380 CV de potencia a 5.600 RPM y 519 Nm de par a 4.100 RPM. Una fuerza que se vuelve sencilla de controlar y aprovechar gracias a la transmisión automática de seis relaciones y la suspensión con amortiguadores ORAM controlables electrónicamente.
Especializado entusiasta en motor, competición, historia y técnica del automóvil. Eterno aprendiz, también, en el novedoso sector de la movilidad sostenible. Licenciado en Periodismo con varios años de experiencia en esto de hablar sobre las cuatro ruedas.
