El óvalo de Indianápolis es uno de esos trazados que no perdonan los errores. Hasta ahora, Fernando Alonso se había mantenido alejado de los muros de la pista, pero el segundo día de entrenamientos previos a las 500 Millas terminó con la racha del asturiano. Alonso hizo una visita a los muros de Indianápolis poco después de incorporarse a la acción más tarde de lo previsto por problemas mecánicos.

El piloto de McLaren, estructura operada por el equipo Carlin, estaba cogiendo el rebufo de Graham Rahal cuando se fue largo en la curva 3 del óvalo. Allí, Alonso perdió el control del vehículo y golpeó el muro exterior de forma ligera. El monoplaza siguió moviéndose a una velocidad considerable hasta golpear el muro interior en lo que fue un impacto más fuerte que el primero.

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Debido a la fuerza del golpe, el McLaren salió rebotado de nuevo para el exterior, donde volvió a impactar con las protecciones con menor intensidad. A pesar del impresionante accidente, Alonso pudo salir por su propio pie del monoplaza, que quedó destrozado especialmente en la parte trasera, la que se llevó el impacto más fuerte con las protecciones interiores de la pista.

Este accidente es una nueva piedra en la conquista de las 500 Millas de Indianápolis por parte de Alonso. La segunda participación del asturiano se está llenando de diferentes percances, muchos de ellos fruto de competir con una estructura más dependiente de sí misma que de una alianza, como fue el caso de McLaren con Andretti en la edición de 2017. Todavía quedan muchas horas de entrenamiento para recuperar el tiempo perdido antes de la clasificación.