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Hablar de Lola Cars es hacerlo de uno de los pequeños constructores que más han aportado a la automoción en su historia. Cierto es que jamás pusieron en la calle un coche con matrícula y papeles, pero muchos grandes coches de carreras fueron creaciones suyas, o comenzaron siéndolo.
Desde su fundación en 1958 hasta su quiebra en 2012, entre sus proyectos propios y sus labores de apoyo y consultoría para otras marcas, Lola dio forma a más de 5.000 vehículos de competición de todas las clases, desde los Sport Prototipos como el Lola T70 o el archiconocido Ford GT40, hasta los monoplazas como el T90 que Graham Hill llevó a la victoria en las 500 Millas de Indianápolis de 1966 o el Lola MasterCard de Fórmula 1 que treinta años después, en 1996, supondría su última aparición en el Gran Circo.
Ahora, una renacida Lola Cars bajo la batuta de Till Bechtolsheimer busca regresar a lo que mejor sabe hacer, pero desde una nueva perspectiva: quieren liderar un nuevo camino hacia la idea de la competición sostenible, apoyándose en tres elementos como los efuels, el hidrógeno y la electrificación. En esta última línea, la compañía acaba de anunciar sus intenciones de sumarse al Campeonato del Mundo de Fórmula E como proveedor de motores y sistemas de propulsión, en colaboración con Yamaha.
El mejor escaparate para darse a conocer de nuevo
En verdad, no ha pasado tanto tiempo desde que los últimos monoplazas Lola de la IndyCar desaparecieron al final de la temporada 2011. Pero mucho ha cambiado el mundo de las carreras, y ahora existen nuevos y poderosos jugadores peleando por el pastel de la victoria.
No obstante, siguen existiendo múltiples fabricantes y equipos que demandan y demandarán el toque del experto, ese empujón de ayuda, bien técnico o de cualquier otra índole, que les falta para alcanzar la gloria. A todos ellos quiere ofrecerse la nueva Lola, cuyos responsables reconocen en su comunicado el potencial de la Fórmula E para desarrollar, de cara al futuro, plataformas motrices electrificadas que les permitan "definir el futuro tecnológico del motorsport".
Si bien Lola no ha desvelado todavía quiénes podrían ser sus primeros clientes en la Fórmula E, sí ha dejado claro que estarán presentes en su parrilla, de una u otra manera, para la temporada 11 que se disputará entre 2025 y 2026.
Especializado entusiasta en motor, competición, historia y técnica del automóvil. Eterno aprendiz, también, en el novedoso sector de la movilidad sostenible. Licenciado en Periodismo con varios años de experiencia en esto de hablar sobre las cuatro ruedas.
