Fue el piloto Sebastian Vettel, quien una vez llegado a las ardientes arenas de Bahréin y hablando sobre el formato de clasificación, mismo modelo al sufrido en el Gran Premio de Australia, decía lo siguiente: "Si vendes sólo helado de vainilla y todo el mundo te lo pide de chocolate, el próximo día se supone que esperan que dispongas de ese sabor, pero en lugar de eso decides vender helado de vainilla otra vez”.

El alemán con mucha lógica comercial, argumentaba algo de cajón, darle al público, a los clientes, aquellos que pagan y sustentan en parte el negocio, lo que demandan y no justamente lo contrario, lo opuesto. Más si cabe cuando hablamos de un deporte del motor a nivel planetario, global. La conclusión por tanto, es bien sencilla, no por simple, sino por inteligente, a saber, según Vettel, "hay que escuchar más a los pilotos y a los aficionados", pues entre todos buscan lo mejor para la Fórmula 1. Yo añadiría además, un buen grupo de expertos, formuleros hasta el tuétano.

Y estoy seguro que los anteriores, todos, haciendo quórum, estarían de acuerdo en que los Grandes Premios históricos, aquellos que durante años se fueron ganando el apelativo por su organización y afición, deben seguir en el calendario. El problema es que alguno no lo ve así, seguro que sabéis a quien me refiero, y antepone un puñao de parné, a los deseos de quienes mantienen el circo. "No creo que debamos tener obligatoriamente a Monza como GP de Italia", dijo Bernie Ecclestone. Mientras tanto los responsables de esta cita clave de la temporada, intentaban convencer al susodicho de buenas y razonadas maneras: "Monza es Monza y creemos que la Fórmula 1 perdería mucho sin esta cita", confesó Oreste Perri, presidente del Comité Olímpico de Lombardia. En efecto, el Autódromo Nazionale di Monza representa desde 1922, la mismísima esencia de las carreras de automóviles. Por tanto esperamos un poco de sentido común, algo de inteligencia y mucho respeto a los galones formuleros.

De nuevo, y como estaba anunciado por casi todos, la clasificación vista y sufrida en Bahréin resultó soporífera. Fue como ese chiste malo, donde se preguntaba en que se parece un elefante al método de las 'sillas calientes', al nocaut. La respuesta es sencilla, pues los primeros son paquidermos, mientras esta qualy es 'paquiduermas'. Chistes aparte, la Q1 volvió a evidenciar, demostrar, constatar y refrendar, que los equipos modestos no tienen tiempo material para siquiera dar dos vueltas decentes; ¡imaginaos si esto llega así hasta la cita en Spa Francorchamps! Luego la Q2 quedó desierta de coches, cuando faltaban más de siete minutos para su conclusión, pues todo se decidió muy temprano, ante la escasez de neumáticos de algunos equipos. De no ser por estar donde estaban, me refiero al enclave, con cuatro gatos en las gradas vestidos de riguroso blanco, allí se monta la batalla de San Quintín, la de Stalingrado y la de Normandía, todas juntas, a la vez, pues algo así, no se puede aguantar, es mucho, de excesivo bochorno. Un abuso para los espectadores en el propio circuito y hasta tras las ondas hercianas.

Erase una vez una 'raza' de animales mecánicos, los cuales se pinchaban las ruedas entre sí. Esto en el mundo animal, vegetal o mineral, rara vez sucede. Lo curioso es que antes, y no hace tanto, ni existía, pues los aerodinamistas no gozaban con tener cientos miles de euros, para construir un ala delantera tremendamente compleja. Así cada una de ellas está provista, de decenas de piezas, en concreto algo llamado endplate, que aún sin el, perdido tras punzar la rueda de un rival, el monoplaza rueda igual de rápido. Esto es lo que vimos, y empieza a ser demasiado usual, en la carrera de Bahréin. Así el morro del VJM09 de Sergio Pérez, tocó una rueda trasera del STR11 de Carlos Sainz, causándole un pinchazo que arruinó su carrera. Por tanto, no hago más que preguntarme, si en aras de no perder coches innecesariamente, que merman el espectáculo, sumado a la mejora en la seguridad de los pilotos, alguien no toma la decisión de eliminarlos por vanos e improductivos, aparte del ahorro monetario añadido. Se me ocurre que una cinta de goma, como en los coches de feria, daría mucho más juego y resultaría más barato para todos.

Jean Todt se atrevió a decir tan campante, ufano y fresco, que la Federación Internacional de Automovilismo no tiene el mando total sobre el espectáculo motorístico que reglamenta mediante cambios constantes, siempre a peor. "La FIA debería tener el control absoluto como regulador y legislador. Pero históricamente no ha sido así", dijo. Encima seguidamente añadió: "No soy un dictador, si lo fuera, entonces hubiera impuesto la Q1 y Q2 como las de ahora, y la Q3 como la del 2015". Para colmo se supo que la FIA & FOM, el mismo domingo del GP de Bahréin, propusieron una clasificación en la que se tuviese en cuenta dos tiempos, y no uno, para formar la parrilla definitiva. Rápidamente, como es costumbre en el tetracampeón del mundo, Vettel, volvió a sacar los colores de este nuevo remiendo para ordenar la grilla tildándola de "idea de mierda", pues la Fórmula 1 va de lucha, de contienda, de competición. Desde luego eso a algunos, les suena a chino o a esquimal…

Nunca me cansaré de escribir de un tipo directo y rápido, tanto en la pista como en el hablar, es decir, de Kimi-Mattias Raikkonen. A este finlandés, venido de lejanas y frías tierras, con pocas palabras y ayudado de sus gestos, le vale y le sobra para dejarlo todo muy claro, en su idioma, 'selkeä'. En unas recientes declaraciones, empezó así: "La mejor parte de la F1 es pilotar", seguido de, "aunque hay tanta política y tonterías, que es una locura a veces". También Raikkonen confesó, aunque pueda sorprender a muchos, “desafortunadamente así es la F1 y así ha sido durante años”. Él se remonta a diez años atrás, pero el motivo que ahora se amplifique todo más pudiera ser la cantidad de medios que tienen puestos sus focos sobre esta competición del motor. Y es aquí, donde quisiera precisar que, en mi opinión, mangoneo siempre hubo y habrá, pero creo que algunas cotas de incompetencia actuales llegan hasta la Voyager 1, nave lanzada en 1977, una que está a 19 millones de kilómetros de la tierra y en movimiento constante.

Una competición de coches, dentro del campo de los monoplazas, muy poco conocido para el gran público es la Fórmula Student o Fórmula SAE, alumbrada en USA en los años 80. Respecto al territorio europeo, se disputa en tres ilustres trazados, como son los de Montmeló, Silverstone y Hockenheim, sin famoseo ni gentes de abultado bolsillo. Allí solo se dan cita los futuribles talentos de la ingeniería. Ellos se lo guisan y luego comen, pilotando sus creaciones. Hablamos de 20.000 técnicos, de más de 600 universidades de todo el orbe, desde Alemania a Brasil, de Japón a Reino Unido, Australia o Hungría. Están auspiciados por marcas automovilísticas y escuderías tales como Volkswagen, Porsche, Mercedes, Jaguar o Red Bull. Como no podía ser de otra forma, los spanish team's, las pasan canutas para obtener financiación a gran escala, recurriendo en su mayoría al micromecenazgo, a patrocinios modestos, casi de 'cercanía'. ¿Marca España? Efectivamente, este país es 'asín'…