A finales del año pasado, se informó que la pista holandesa de Zandvoort, famosa por estar enclavada entre dunas costeras, que celebró más de 30 grandes premios hasta 1985, se comenzaba a relacionar de nuevo con el calendario de Fórmula 1.

"Todo el mundo está entusiasmado con ello, así que creo que el gobierno y los empresarios tienen que afrontarlo juntos", aseguró un político local.

Ahora, los periódicos holandeses Algemeen Dagblad y De Telegraaf, informan de que el príncipe Bernhard, de la casa Orange-Nassau, hijo de la princesa Margriet Francisca, tía del actual rey del país, junto con un socio, ha comprado el trazado a Hans Ernst, que ha sido dueño de la pista durante casi tres décadas.

Cuando le preguntaron al príncipe si había posibilidades de que el Gran Circo volviese a Holanda, aseguró que éste era su "máximo sueño".

"Assen ha desarrollado bien su papel y Zandvoort va a seguir ese camino, lo que significa que además de Zolder en Bélgica, habrá una fuerte triángulo de circuitos en esta parte de Europa", agrega el príncipe.