Digo yo que en los restantes también 'nace', todos los días, por Levante, el Este para ser más preciso. Y además es el mismo astro, uno de color amarillo, como los ligeros toques que tenía el nuevo RS16, en su puesta de largo. De todos modos, parece ser, que esa no será la decoración definitiva del bólido, ya que podría variar al llegar a la tierra de los canguros. Respecto a lo declarado por la plana mayor de Renault, absoluta sobriedad. Primeramente el presidente del grupo automovilístico, Carlos Ghosn, fijó los podios para el 2018. Luego el director general, Cyril Abiteboul, dijo el consabido: "Red Bull necesitó cinco años, Mercedes también". De ahí la fecha fijada por Ghosn para empezar a despuntar. Remachó el conjunto, Frederic Vasseur, director de competición, confesando: "Lo que necesitamos este año es una plataforma fiable sobre la que podamos construir". Lo dicho, un placer escuchar argumentos con este tono, estas formas, con esta cordura.

Luego Abiteboul apuntó al grave y endémico problema del circo actual, sabido y conocido por todos. Este es que los pilotos no pueden ir al máximo, a tope, cuando deseen, es decir, siempre, pues para eso conducen un F1. Ello viene marcado y timbrado, por los jefes de equipo, quienes optan por una versión continuista, edulcorada diría yo. Así evitan los cambios necesarios en pos de una abierta, sana y emocionante competencia. "Creo que no tomar decisiones, es una mala decisión en sí", apuntó el francés. Seguidamente, dejó todo en su sitio al confesar abiertamente: "Si estamos jodidos, siempre podremos lidiar con ello", es decir, ser audaces, renovarse, rectificar lo no válido. Creo que Abiteboul es el enésimo profesional de este deporte, que reclama urgentes cambios. Algo que parece no ver los responsables de tomar las medidas oportunas, como si estuvieran con parches en ambos ojos, tapones en los oídos y en un planeta extrasolar.

Muchos parabienes ha levantado el retorno de Renault al completo. Y como no podía ser de otra manera, su team manager durante nueve años, lanzó un hurra al viento. Me refiero a Flavio Briatore, exultante al declarar: "Son noticias maravillosas y positivas". El italiano como es costumbre, mantuvo ambos pies sobre el asfalto al proseguir: "Ganar de inmediato es improbable, pero sí de cara al futuro". Es sencillo pensar que una escudería que en su momento obtuvo dos campeonatos del mundo, tanto a nivel de pilotos y constructores, sabe, quiere y puede reverdecer antiguos laureles. Y como la Fórmula 1 es un lugar donde se necesita de una masiva financiación, Jerôme Stoll, director de Renault Sport F1, precisó una cifra diciendo: "Gastaremos unos 300 millones de euros al año". Algunos sostienen que el dinero no da la felicidad, pero una cantidad como esta, desde luego, pagará muchas facturas en cuanto a tener un nutrido staff técnico, que desarrolle un monoplaza competitivo sin prisas, con rigor.

Unos que gastan algún millón que otro más de los previstos por Renault, son las gentes de Mercedes. El grupo matriz, Daimler-Benz, no repara en gastos a la hora de hacer que sus flechas plateadas sean inalcanzables. Ya en las temporadas 2010 al 2012, se dijo, que pusieron sobre sus monoplazas más de 1.000 millones de euros. Encima ahora llega Andy Cowell, jefe de motores, y nos espeta sin miramiento alguno: "Hemos mejorado mucho en los últimos años. No veo que esto pare, nadie aquí ve que hayamos llegado al límite". Andy confesó que el propulsor del 2016 es aún mejor que el del 2015, pues es "como una mina de oro, trabajas duro y luego sonríes al encontrar una pepita de oro". Poniéndole música, qué mejor que lo dicho por el mítico grupo Queen, con aquello de: 'Don't stop me now, because I'm having a good time […] I don't want to stop at all'. En resumen, no les para ni una división acorazada formada por los letales carros tipo M1 Abrams.

El embajador de la marca del rombo, Alain Prost, cuádruple campeón mundial, y otros tantos subcampeón, tiró por el camino de en medio y sin mirar a ambos lados dijo: "Hay muchas quejas sobre el dominio de Mercedes, pero seamos honestos, han hecho el mejor trabajo. Merecen ganar. A veces en la F1 tienes que aceptar que alguien es mejor". Pero lo que sucede de afirmar algo de forma tan rotunda, sin reflexión alguna, es que luego puedes contradecirte. "En el pasado, si tenías problemas, en una semana podías cambiarlo todo y luego probarlo en pista. Ahora hay muchas restricciones", confesó seguidamente el francés. Por tanto, ¿acaso no es cierto que dadas esas restricciones, véase sobre las PU's, surge ese alguien 'más mejor'? ¿De verdad que Prost desconoce que la variedad y la apertura de miras, en cuanto a las normas, traen consigo la sorpresa y la emoción? ¿Qué fue de aquello tan bonito de 'Liberté, égalité et fraternité'?

Igual que los bostezos, el tedio y la tos se contagian, se transmiten o se pegan fácilmente, otro francés, Jean Todt, a la postre, presidente de la FIA, tuvo que opinar sobre el rodillo de Mercedes diciendo: "Estaría más contento si hubiera diferentes ganadores en cada carrera, pero eso nunca pasará. Uno tiene que aceptar que el dominio es parte del deporte". ¡Mare de deu Matéu! ¿Pero que les ponen en el agua, o lo que beban habitualmente, a estos dos personajes? Luego ya en plan desbarre, con evidente desatino, declaró: "La negatividad que hay alrededor de todo esto, es absolutamente injusta, pero acepto las críticas constructivas". Aquí no pude dejar de acordarme, de otro personaje muy peculiar, el técnico holandés Louis Van Gaal, en su segunda etapa de entrenador en el FC Barcelona. Su más famosa frase, una que pasó a la historia, fue: 'Tu erres muy malo, siempre negativa, nunca positiva'. Así que solo nos queda correr, refugiarnos bajo el arco iris y cantar alegres canciones.

Como todo no puede ser tan gris, en vista del panorama del 2016, seré 'bueno' haciendo caso a Van Gaal. Fue el debutante sobre la parrilla, Jolyon Palmer, que no a bordo del Lotus E23, donde se basa el new Renault RS16, quien abrió los negros nubarrones, dejando entrar un ligero rayo de sol. Tanto él, como el regreso de Kevin Magnussen, pueden dar mucho que hablar durante la temporada que está en curso de iniciarse. Luego la dupla del Team Haas F1, Romain Grosjean& Esteban Gutiérrez, quizás demuestren lo que se puede obtener con dos coches, llamémosles, cliente. El tándem Carlos Sainz Jr. - Max Verstappen, propulsado por la unidad de potencia by Ferrari, seguro que nos depara momentos de alta e intensa emoción. Y el último en llegar, Pascal Wehrlein, a bordo del Manor Racing-Mercedes, puede ser la sorpresa del año. Falta por conocer a su compañero de escuadra. Espero ver al indonesio Rio Haryanto, alguien con buenas manos, aunque mejor a Roberto Merhi, pero sin esponsors, difícil, mucho.