Los fabricantes se han puesto de acuerdo en reducir los costes del suministro de motores, según Motorsport.com. Desde dicha publicación afirman que los fabricantes no solo han acordado la bajada de precios, sino que han asegurado que ningún equipo correrá el riesgo de no tener motor en el futuro con el gran objetivo de mantener en la competición los V6 Turbo hasta, al menos, la temporada 2020.

Las reuniones en Ginebra durante los últimos dos días entre el Grupo de Estrategia y la Comisión de la Fórmula 1 parecen haber progresado en la línea de reducir los costes de cara a ayudar a las escuderías pequeñas a asumir los mismos.

El objetivo de los fabricantes era claro: evitar la entrada de un motor independiente en 2017. Es por eso que, desde que vetaron la idea, han tenido que proponer alternativas para asegurar el futuro económico de los equipos de la parrilla.

El plan era reducir el coste máximo de los propulsores a 12 millones de euros al mismo tiempo que asegurar, en el reglamento, que ningún equipo se quedaría sin motor en el futuro, algo que Red Bull ha estado cerca de sufrir de cara a 2016.

El ahorro se conseguirá también reduciendo costes en ciertas partes standard de los monoplazas como las cajas de cambios, reduciendo a tres disponibles por año para cada piloto.

Estos cambios entrarán en vigor en 2018 una vez que la normativa esté acordada y cerrada por los equipos y el Consejo Mundial del Motor.

Como compensación a las concesiones que realizarán los constructores, dicho acuerdo mantendrá los motores V6 turbo en la parrilla hasta 2020 como poco, eliminando así la opción del motor alternativo.